En un principio pasó desapercibido. Fue un tremendo error que, sin embargo, le podía haber ocurrido al más pintado. Pero jamás debía haber incurrido en ello la Real Academia de la Lengua. Y menos con la placa conmemorativa de Miguel de Cervantes en el lugar en el que yacen sus restos. Algún académico, -al final todos ellos- convirtió 'Los trabajos de Persiles y Sigismunda', una de las obras cervantinas más sui géneris, en 'Los trabajos de Persiles y S(e)gismunda'. Así quedó en el convento de las trinitarias de Madrid en el que se halló la tumba del escritor - Qué.es
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