TENDENCIAS: SAL A FUMAR Y CORRE, LA ÚLTIMA TRETA DE LOS 'SIMPA'


Si hay algo que pone de los nervios a un restaurador es que haya caraduras que se larguen de su local sin pagar lo que han comido y bebido. Hay casos célebres, como el del suizo Pascal Henry, que desapareció tan misteriosamente de El Bulli a media cena sin dejar rastro. Más que levantar sospechas sobre un posible 'simpa' que finalmente consumó, hizo temer por su vida.

Esta semana ha habido otro caso del que se ha hablado mucho por la dimensión de la estafa: 30.000 euros a deber por el cáterin de una boda con 400 invitados en La Línea de la Concepción (Cádiz).

Afortunadamente, los 'simpa' son poco habituales en el gremio. O eso parece tras hablar con varios cocineros. Las maneras de los clientes para largarse sin abonar la cuenta son variadas, pero salir a fumar es la más habitual. Si el tabaco estuviera prohibido, el fraude bajaría a cotas mínimas.

Eso le pasó a Òscar Manresa, al que le escaparon unos clientes desde lo alto de Torre d'Alta Mar (75 metros). ¿Cómo? "Dijeron que se iban a fumar y bajaron en ascensor hasta la calle. Lo curioso es que lo hicieron al acabar el primer plato, algo inexplicable porque lo lógico es hacer un 'simpa' una vez acabada la comida o la cena. Al llegar abajo, esperaron a que el aparcacoches se diera la vuelta y se largaron".

EL CEBO DE LA CHAQUETA
A Jordi Esteve (Nectari) se la jugó un tipo que les engañó con la chaqueta. "Estaba comiendo un menú degustación y había dejado la chaqueta guardada en el armario. Hacía lo típico de un fumador empedernido: levantarse tras cada plato para salir a fumar a la calle".

Pero con el postre se levantó por última vez y si te he visto no me acuerdo. "Pensábamos que volvería a por la chaqueta pero no. Luego buscamos en sus bolsillos y no había nada. La había dejado como cebo. Seguramente, no era ni suya".

FALTA, NO DELITO
Fermí Puig recuerda como si fuera ahora la visita a Drolma, "hacia el 2006", de un cuarentón con muletas. "El personaje se sentó en la mesa, comió como un capitán general, pidió incluso el teléfono a dos camareras guapas y jóvenes y cuando le presentamos la factura de 290 euros se negó a pagar". Puig y los suyos le ofrecieron hacerlo al día siguiente, pero el hombre dijo que nanai. "Lo tenía todo calculado. En aquella época superar los 300 euros ya era delito y menos de eso era una falta. Era un profesional de esto".

"Pasamos muchas horas, demasiadas, para que todo funcione, y que te hagan eso es lo peor"
XAVI JOVELLS (FLORETA)

"Nos dijo: 'Me gusta mucho la alta gastronomía pero no tengo recursos para permitírmela. Como ven, voy en muletas y no puedo escaparme, así que si quiere, llamen a la policía. Quizá acudan los agentes que ya conozco de otras veces y como mucho pasaré una noche en comisaría; al día siguiente me iré como si nada'".

Aún hoy, Puig no sale de su asombro. "Me da rabia, sí, pero el personaje tenía su gracia y el hecho de que fuera en muletas provocaba algo de conmiseración". Lo dejaron ir. Qué remedio.

"TE SIENTES ESTAFADO"
A Ivan Surinder (Tandoor) se la colaron una vez. "Dos menús de mediodía. Se fueron a 'fumar'". Su restaurante es más humilde que los de estrella Michelin y el golpe es más digerible económicamente, pero aún así sufrir un 'simpa' les revuelve el estómago. "Da igual que sea un menú, un banquete o un cóctel, porque pones todo tu esfuerzo para que el cliente esté contento, y te sientes estafado y con la sensación de inútil por no haber podido evitarlo".

EL CHEF QUE HIZO UN 'SIMPA'
¿Algún cocinero ha hecho un 'simpa'? La respuesta es sí. Lo confiesa Xavi Jovells (Floreta -antes estuvo en Tres Porquets y Can Pineda-). "Nunca lo volvería hacer. Aquello fue hace más de 20 años, en un bar del pueblo de mi madre. Estaban en fiestas y tras pedir 10 veces la cuenta y esperar 40 minutos nos fuirnos", admite Jovells, que jamás ha sufrido un 'simpa' en sus carnes y que jamás volvería a hacer uno. "Pasamos muchas horas, demasiadas, para que todo funcione, y que te hagan eso es lo peor".

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