LA MUJER QUE QUIERE CASARSE CON EL TETRIS TRAS SALIR CON UNA CALCULADORA


Dicen que sobre gustos no hay nada escrito. Cada uno tiene sus preferencias y sus inclinaciones; y en base a ellas escoge amistades y relaciones de pareja. Sin embargo, existen casos que resultan insólitos hasta para las mentes más abiertas. ¿Imaginas que una amiga te propone presentarte a su nuevo novio... y aparece con un juego de Tetris? ¿O con una calculadora? Esos han sido los últimos «amores» de Noorul Mahjabeen Hassan, una estudiante de matemáticas residente en Florida.

Nos encontramos con esta desconcertante historia leyendo el blog Complex. Noorul tiene 20 años y al parecer es una genio en ciernes en su área de estudio. Su inclinación amorosa se define como «objetofilia», una parafilia que provoca que una persona se sienta atraída por algo inanimado. La pasión puede surgir ante cualquier cosa: se conocen casos de individuos que tuvieron «affaires» con la torre Eiffel, el muro de Berlín o incluso con una almohada. Todos defienden que no se trata de fetichismo: es algo que va más allá.

«Me gustaría aclarar que existe una gran diferencia. Para los fetichistas la atracción es sexual, para un objetofílico es algo más romántico. Tenemos sentimientos reales y nos sentimos conectados emocionalmente con los objetos», explica Noorul, que confiesa no haber sentido nunca atracción por otra persona. Así, el juego de Tetris con el que pretende contraer matrimonio no es su primera «pareja»: antes tuvo una relación con su calculadora, a la que llamaba cariñosamente Pierre.

«Me gustaba tocar sus botones, también con mi lengua. Me encantaba generar números al azar y multiplicarlos. Siendo una calculadora, era una relación muy intelectual, no podía ser de otro modo», relata la joven matemática. Ahora sólo tiene ojos para el Tetris. «Creo que es hermoso porque trata sobre la perfección y estimula la mente. Tengo la misma sensación que otras personas cuando tienen pareja, cuando saben que han encontrado a su media naranja», asegura.

Aunque numerosos psicólogos relacionan la objetofilia con un déficit de habilidades sociales, Noorul defiende su postura. Todo lo que quiere es una ceremonia para consumar el casamiento y adoptar el nombre de «señora Tetris». Admite que a su familia le cuesta comprender su decisión, pero no está dispuesta a renunciar. «No hago daño a nadie. ¿Cuál es el inconveniente? Piensan que es raro, pero si les pido que me den una razón para no estar con el Tetris, no pueden decir ninguna», sentencia. - abc.es

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