LOS PELIGROS DE QUERER SER UNA MUÑECA BARBIE HUMANA

Valeria Lukyanova
Proliferan las jóvenes que modifican su imagen para parecerse a la famosa muñeca | Los expertos advierten de que estos comportamientos pueden derivar en un trastorno alimentario o en uno dismórfico corporal si no se atajan a tiempo
Melenas rubias, ojos azules, largas pestañas, labios carnosos y cinturas de avispa. Esos son sólo algunos de los atributos que copian las seguidoras de la Barbie que quieren ser como ella. La moda de querer ser como la muñeca más famosa del mundo viene de largo, pero es ahora cuando se ha extendido y se hecho más visible gracias a las redes sociales. Son chicas que hacen de todo para parecerse a su muñeca favorita. “Empiezan maquillándose, vistiéndose igual, copiando el peinado… Hay que empezar a preocuparse cuando empiezan con dietas estrictas y ejercicio físico excesivo”, explica Rosa Raich, catedrática de Psicología de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).

Primero fue la joven estadounidense Dakota Rose, conocida por sus fans como Kota Koti, la que inició esta tendencia de 'barbies humanas' y luego llegó la 'barbie rusa', Valeria Lukyanova, una joven de 21 años que ha revolucionado las redes sociales. Se visten, se maquillan, se peinan y se fotografían simulando las poses de la famosa muñeca. Y si hace falta, se ponen a dieta y retocan sus fotos con programas informáticos para llegar a donde no pueden por sí mismas. Algunas incluso, recurren a la cirugía.
“Parece un fenómeno propio de edades tempranas y lo lógico es pensar que conforme crezcan, estas chicas dejen de hacer este tipo de cosas”, afirma Raich, que apunta a que si esto no sucede, las chicas pueden llegar a padecer un trastorno alimentario o uno dismórfico corporal. “Pierden la noción real del propio cuerpo y creen que tienen que retocarlo hasta parecerse al patrón que les han inculcado, que en este caso es el de una muñeca”, dice Raich.

Caracteres infantiles

Para la experta, el hecho de que se fijen en una muñeca habla de un carácter aniñado, casi infantil. “Se trata de niñas, adolescentes, que copian el patrón de mujer que nos venden los medios y la publicidad. En este caso es una muñeca, pero el mecanismo es el mismo de las que se fijan en mujeres de carne y hueso que, en cierta manera, reflejan unas medidas y un modelo físico poco real”.
A este respecto, la doctora Raich explica que si transportáramos las medidas de la muñeca a la realidad, daría como resultado una mujer imposible: “Mediría dos metros, tendría 40 centímetros de cintura, 90 de cadera y 135 de pecho, además de que casi no podría andar. ¿Quién puede querer ser así?”, se pregunta la experta.



Para la psicóloga, experta en trastornos alimentarios, parte de la respuesta se halla en el hecho de que no se educa a los menores para que interpreten los mensajes de la publicidad. “Hay que enseñar a los niños a entender e interpretar los medios. No podemos extrañarnos de que caigan en comportamientos de este tipo si los dejamos ante la televisión sin enseñarles a ser críticos con los mensajes que reciben”, explica Raich que insiste en el hecho de que todas esta muñecas y patrones de mujer que se venden en los medios “sólo pretenden vender productos para que nos parezcamos a ellas”.  LAVANGUARDIA.COM

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