José Madueños ha sido puesto a disposición judicial después de que varios ciudadanos le denunciaran por aplaudir a señoras con sobrepeso. Al parecer, Madueños tenía por costumbre sentarse cada mañana en un banco de la Plaza de España, en Madrid, en el que esperaba a que pasara una mujer obesa para aplaudir rabiosamente. “Al principio crees que es un loco pero luego te das cuenta de que sólo aplaude a las gordas y entonces le ves la malicia” explica un testimonio que, además, se percató de que el acusado aplaudía con más o menos énfasis dependiendo del peso de las víctimas a las que elegía. “Un día pasó una señora con obesidad mórbida y el muy desgraciado se levantó y encendió un mechero como si estuviera en un concierto”, añade el testigo. Las autoridades acusan a José Madueños de alterar el orden público e incitar a la anorexia.
“Yo soy gordo, mi mujer es gorda, mis hijos son gordos y encima soy budista porque Buda es gordo. No estoy en contra. Me encanta y por eso aplaudo”, se defiende Madueños. Quienes le acusan creen, sin embargo, que actúa desde el cinismo. “A mí me dijo un día que si tuviera huevos se pondría a torearlas”, insiste un jubilado que lleva meses observando la conducta del detenido.
Aunque se le ha facilitado un abogado de oficio, José Madueños tiene la intención de contratar los servicios de un letrado “que sea suficientemente gordo como para afrontar un caso de esta envergadura”. Según fuentes policiales, es probable que se le asigne un juez sin problemas de sobrepeso para evitar altercados durante la celebración de la primera vista oral. elmundotoday.com
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