Restaurante en EEUU no tolera a los niños chillones


Un restaurante de EEUU prohibe la entrada al local de niños molestos. Los dueños advierten en un cartel que si un niño molesta podrá ser expulsado del local
¿Hay algo más molesto que ver interrumpida una agradable comida por el chillido de un niño? Los dueños del restaurante 'Olde Salty's', en Carolina del Norte, consideran que no. Por ese motivo han decidido prohibir la entrada a su local de niños revoltosos o molestos y advierten, con un cartel, que los pequeños que rompan la tranquilidad del local podrán ser expulsados junto con sus padres.
Brenda Armes, propietaria del restaurante, estaba cansada de las quejas de los comensales cuando algún padre se veía incapaz de controlar a sus hijos revoltosos. De esta manera decidió advertir, a la entrada de su local, de que los niños molestos y sus padres pueden ser expulsados del restaurante.

La hostelera asegura que no está dispuesta a que los pequeños conviertan su local en un patio de recreo donde se puede correr, chillar o saltar.
La política de tolerancia cero con los niños chillones, según informa el diario Daily Mail, parece que está funcionando a la perfección, ya que, los dueños aseguran que el negocio no para de crecer.
El dueña del local afirma, en el citado diario, que "ha sido una medida positiva para nosotros, nos ha traído más clientes que nunca".

"A veces es inevitable que chillen"

La polémica no ha tardado en surgir en la localidad de Carolina Beach, donde se sitúa el restaurante. Algunos vecinos están encantados con la propuesta, "no es agradable que los niños estén chillando por eso es una buena noticia esta prohibición", dice Gary Gibson, un cliente del restaurante, en el diario británico.
En cambio, los padres de familia no están tan de acuerdo y piden comprensión, "nunca he visto algo parecido", dice una madre de dos hijos, "a veces es inevitable que los niños griten".
Pero la dueña del local se mantiene firme en su postura y asegura que la política de "no mocosos" ha llegado para quedarse. "Queremos que nuestros clientes sepan que no van a tener que aguantar a su lado una mesa con un montón de niños gritando", sentencia. MUNDOCURIOSO.

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