El Vaticano ha encontrado el octavo pecado capital. Es nada más y nada menos que la comida rápida, que según el cardenal electo Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, se ha convertido en "la negación del diálogo a través de la comida".
Ni Big Mac, ni Whopper, ni pizza carbonara, ni kebab entran dentro de la lista de alimentos apropiados, dialogantes y católicos aceptados por la Santa Madre Iglesia.
Ravasi ha hecho esta aseveración durante la presentación de la próxima asamblea plenaria de su dicasterio, del 10 al 13 próximos y señaló que durante la misma se dedicará una sesión al estudio de las técnicas de comunicación a través de la comida y se hará con una cena de estilo renacentista.
"No podemos olvidar que el centro de la liturgia cristiana es una comida, en la que los alimentos son símbolos", destacó el italiano Ravasi, que agregó que las grandes tradiciones culturales siempre consideran la comida como uno de los momentos principales de una festividad religiosa.
Respecto a la cena renacentista que celebrarán los asistentes a la plenaria de su ministerio, Ravasi señaló que se basará en recetas de esa época y que cada plato mostrará el sentido estético y de comunicación.
Reivindica el sentido comunicativo de los banquetes de bodas y de los fúnebres
Tras rechazar la cada vez mayor implantación de la comida rápida en las sociedades, el 'ministro de Cultura' del Vaticano recordó que las comidas a lo largo de la historia no sólo han tenido como objetivo quitar el hambre, "sino también comunicar".
Ravasi también ha incluido dentro de ese carácter dialogante de la comida a las de las bodas, las de los entierros y demás. Por ello se mostró a favor de recuperar el sentido comunicativo y de unidad que representa la comida nupcial y de otros ritos relacionados con la comida, como la comida fúnebre, existente en la cultura de los cristianos de rito oriental.PUBLICO.ES
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