Una estatua de Michael Jackson con su bebé colgando de una ventana instalada en Londres provocó este miércoles la ira de los admiradores del fallecido cantante estadounidense. La escultura de tamaño real, titulada 'Madonna and child', representa un memorable incidente protagonizado por el 'Rey del pop' en 2002, cuando ante la mirada atónita de cientos de admiradores mostró a su hijo menor, Prince Michael II, sujetándolo precariamente por encima de la barandilla del balcón de su habitación de hotel en Berlín.
Los seguidores de Jackson, que murió en junio de 2008, no tardaron en condenar la obra de la artista sueca Maria von Kohler, que fue instalada en The Premises Studios, un estudio del grabación del este de la capital británica.
"Los 'fans' de Michael Jackson se enfadan porque es el tipo de cosa con la que tienen que lidiar día sí y día no: las críticas violentas, las mentiras, la mentalidad de la prensa sensacionalista", comentó uno de ellos, llamado Paul, en la web del estudio.
Otro, que se identifica como Layne4, condenó en la misma página una obra que, según él, "refleja ignorancia, crueldad y falta de compasión".
Pero el director general del estudio, Viv Broughton, defendió la escultura, alegando que era "una declaración para suscitar una reflexión sobre la fama y la idolatría".
Esta polémica se produce en la estela de otra controversia suscitada por una primera estatua de Jackson intalada por el ex propietario de los almacenes Harrod's y presidente del club de fútbol de Fulham, de la Premier League inglesa, en el estadio de Craven Cottage. Al Fayed, que era amigo de Jackson, ha llegado a decir a los aficionados del club que si no les gusta la estatua, se pueden "ir al infierno", después de que algunos críticos dijeran que parecía una figura de acción. AFP
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