LA TERCERA MANO DE CARLOS FABRA, SANA Y SALVA

maqueta de la escultura

EFE - Una escultura normal, cuando sufre el robo de dos manos, se queda manca, pero la inspirada en Carlos Fabra, no. El artista castellonés Juan Ripollés se sacó de la manga un tercer apéndice para el presidente de la Diputación de Castellón "que invita a la reflexión", según el propio autor de la obra.

"Las otras dos ofrecen un corazón", explica Ripollés mientras prepara el papeleo del seguro. El artista, que ha sufrido el robo de parte de la escultura que iba a ser ubicada en una rotonda del aeropuerto de Castellón, asegura que es el cuarto hurto que sufre: uno de cuadros y tres de material para esculturas.

Es el caso del "personaje", como le llama él, que se esfumó de su taller ayer por la tarde o esta madrugada, duda. "No han tocado una herramienta. Solamente el metal. Han dejado una mano y un brazo, que no han podido cargar porque estaba sin seccionar", explica el artista, que cuenta con numerosa obra en la ciudad de Castellón.

"Con Don Carlos tengo mucha amistad desde que era pequeño, por eso dicen que me han favorecido para esos encargos", comenta Ripollés, que lo achaca a la "ignorancia popular". Él, asegura, pierde dinero con la obra pública. "Excepto la del puerto de Castellón, que la pagó Bancaja, he puesto dinero para todas".

La de las tres manos, dos robadas y en paradero desconocido tras la irrupción de los cacos en su taller, fue encargada por el aeropuerto por 50 kilos de los de antes, según Ripollés. "Con 300.000 euros es imposible hacer una escultura de 25 metros".
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