trayectoria del asteroide |
Se llama 2005 YU55 y no es la primera vez que tenemos noticias de él. Este asteroide de 400 metros de diámetro, el tamaño de un portaaviones, calificado en su día como potencialmente peligroso para la Tierra, se acercará el 8 de noviembre a 324.600 kilómetros de nuestro planeta, una distancia inferior a la que está la Luna. En términos astronómicos, significa una arriesgada caricia en la cara. Observatorios de todo el mundo no perderán detalle de la visita. En concreto, científicos de la NASA han anunciado que seguirán la trayectoria de la roca espacial desde radiotelescopios de Goldstone, California, y Arecibo, en Puerto Rico. Ante la sensación que causó la cercanía del cometa Elenin, la agencia espacial ha querido adelantarse a los más aprensivos: el asteroide no ejercerá ninguna influencia sobre las placas tectónicas o la gravedad de la Tierra. No se notará efecto alguno.
La trayectoria del 2005 YU55, descubierto en 2005 por astrónomos de la Universidad de Arizona, es bien conocida. En su punto máximo de aproximación llegará a 324.600 kilómetros de la Tierra (0,85 de la distancia a la Luna). Aunque 2005 YU55 visita regularmente la vecindad de la Tierra, Venus y Marte, debido a su trayectoria, el encuentro de 2011 es el más cercano que esta roca espacial ha realizado durante los últimos 200 años.
Durante el seguimiento, los científicos utilizarán las antenas de Goldstone y Arecibo para rebotar ondas de radio a la roca espacial. Los ecos de radar que lleguen del asteroide serán recopilados y analizados. Además, la NASA espera obtener imágenes muy detalladas que revelan las características, forma, dimensiones y otras propiedades físicas del asteroide. Anteriores observaciones realizadas desde Arecibo muestran que el 2005 YU55 tiene forma esférica. Gira lentamente, con un periodo de rotación de aproximadamente 18 horas. La superficie del asteroide es más oscura que el carbón en longitudes de onda ópticas.
La última vez que una roca espacial de este tamaño se acercó tanto a la Tierra fue en 1976, aunque nadie pudo observar el acercamiento ese año, y la siguiente aproximación conocida de un asteroide de este tamaño se producirá en el año 2028. Los astrónomos aficionados que quieran aprovechar la oportunidad y echar un vistazo a YU55 necesitan un telescopio con una apertura de como mínimo 6 pulgadas (15 centímetros).
Es una suerte que esta vez solo nos «roce», porque en algún momento del futuro el asteroide podría terminar cayendo a la Tierra. Un objeto de 400 metros como este podría, en caso de impactar contra una gran ciudad, destruirla por completo y causar graves daños en varios centenares de kilómetros a la redonda. ABC.ES
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