Un político pillado infraganti practicando sexo, todo un debate en Austria



Los miembros de la Sociedad de Caza de Carintia, al sur de Austria, están acostumbrados a observar la naturaleza en todo su esplendor a través de unas cámaras instaladas en el bosque para este fin. De este modo, pueden saber más acerca del comportamiento de los ciervos rojos o de los jabalíes, por ejemplo. Y aunque de un comportamiento animal se trata, lo que esta asociación de cazadores encontró en su grabación no fue exactamente lo que esperaban: sus cámaras grabaron las aventuras sexuales de un político local en pleno bosque.
Esta colorida hazaña ha desatado un acalorado debate sobre la protección de datos en Austria. Aunque el nombre del político no ha trascendido a la opinión pública, los defensores de la protección de datos han hecho un llamamiento por la regularización y la delimitación de las cámaras en los bosques, que, por ley, no necesitan estar señalizadas.
Según el periódico alemán ‘Der Spiegel’, Hans Zeger, el jefe de Daten ARGE, una organización no gubernamental que lucha por la protección de datos, criticó esta manera de vigilar los bosques, argumentando que estas cámaras representan una amenaza para los derechos de privacidad de los ciudadanos. “Deben al menos contar con señales” para que los visitantes del bosque puedan “ajustar su conducta y evitar las áreas monitoreadas”, adujo.
Precisamente estas cámaras son todo lo contrario. La discreción es su máxima, ya que son piezas que cuentan con la tecnología más sofisticada, equipadas con sensores de movimiento e infrarrojos que les permiten capturar imágenes de los animales sin que estos las perciban para no modificar su comportamiento. Una auténtica delicia para cazadores y conservacionistas que se ha convertido en una tortura para los amantes del sexo explícito.
Y como toda moneda tiene dos caras, Freydis Burgstaller-Gradenegger, el abogado de la Sociedad de Caza de Carintia, contestó a las críticas arguyendo que la vigilancia forestal no había planteado ningún problema hasta la fecha. “La gente rara vez se aventura a entrar al bosque por la noche”, comentó, “y se prohíbe caminar – en este caso, copular- en la zona señalizada, el radio de 400 metros de tierra que se estaba monitorizando en ese momento”.
A pesar de que podría haber infligido el radio permitido, este político tiene dos razones por las que alegrarse, o al menos, por las que no preocuparse demasiado: por un lado, su identidad no ha trascendido; por el otro, las personas que son grabadas en situaciones comprometedoras pueden recibir hasta 20.000€ de indemnización si el tribunal decide que su privacidad ha sido violada.
La protección de datos es un tema muy sensible entre la sociedad alemana y autriaca. En el supuesto de que esto hubiera ocurrido en España, no sabemos qué hubiera ocurrido, pero anteriores casos de esta índole protagonizados por directores de periódicos o actores nos hacen pensar que, al menos, la identidad del político sí hubiera trascendido. Y, además, por todo lo alto. AFP

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