El vigilante provisional de una colección secular de whisky en una mansión privada de Pensilvania (EE.UU.) fue denunciado por haber consumido medio centenar de botellas. Ahora le espera un juicio y un trasplante de hígado.
John Saunders, de 62 años, era un viejo amigo de la familia de Patricia Hill, quien adquirió una histórica casa en la ciudad norteamericana de Scottdale hace varios años. La propietaria le pidió que custodiara las 104 botellas antiguas halladas por casualidad en el sótano del mismo edificio. Mientras tanto, ella se dedicó a la remodelación de las plantas superiores para convertir la residencia en un hotel.
Toda la partida de whisky era de la marca Old Farm Pure Rye y fue destilado, según la etiqueta, en 1912. Debido a la Ley Seca del año 1920, el titular inicial del cargamento y también de la casa, escondió una parte de las botellas que había adquirido tres años antes en las escaleras del sótano. Allí permanecieron olvidadas durante casi un siglo, así que la colección subió de precio hasta los 200.000 dólares, conforme a la valoración de los expertos.
La felicidad se transformó en sorpresa y luego en indignación cuando Hill fue a recoger las botellas en mayo del 2012. La mitad del 'tesoro' había desaparecido.
El vigilante declaró que el alcohol "se habría evaporado" de las 52 botellas que estaban vacías. Sin embargo, una prueba de laboratorio reveló sus huellas genéticas en cada uno de los envases expuestos al efecto de la 'evaporación repentina' y evidenció que él se había estado tomando el whisky. El estado físico de John Saunders demostró lo mismo: padece una grave cirrosis de hígado, hasta el grado en el que necesita un trasplante.
Pese a la condición precaria de su salud, el hombre ha comparecido ante un juez en la audiencia preliminar, quien le ha notificado los cargos por el hurto del whisky antiguo. - australianbartender.com.au
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