Según afirma el psicólogo clínico David Ley no hay ninguna investigación científica lo suficientemente sólida que permita afirmar que existen adicciones relacionadas con el consumo de porno.
David Ley, director ejecutivo de New Mexico Solutions, un reputado grupo de investigación sobre salud y comportamiento, ha realizado junto a sus compañeros investigadores una revisión de los estudios sobre la adicción a la pornografía y ha concretado cual es el modelo de adicción que tiene la comunidad científica.
Según la revisión de Ley, sólo dos de cada cinco artículos científicos relacionados con el tema describen el comportamiento sexual de alta frecuencia como una adicción, mientras que apenas el 27% de artículos sobre la adicción a la pornografía contenía datos reales. Además los informes de el grupo New Mexico Solutions aseveran que el año pasado únicamente apareció un estudio psicofisiológico acerca del tema.
De esta manera, la revisión pone de relieve que la mayoría de los estudios sobre el tema de la adicción a la pornografía se basan en diseños experimentales muy pobres que carecen de rigor metodológico y pecan de falta de especificación del modelo de estudio.
La revisión , publicada en Current Sexual Health Reports, afirma que existen muy pocas evidencias - o ninguna en absoluto - para apoyar a algunos de los efectos secundarios negativos que se le suponen a la adicción a la pornografía, descartando totalmente la relación de la disfunción eréctil con el excesivo consumo de porno.
Según explica Ley, los médicos deben ser conscientes de que la mayoría de personas que son consideradas “adictos” suelen ser varones, tienen una orientación no heterosexual, tienen una alta libido, tienden hacia la búsqueda de sensaciones novedosas y a menudo poseen valores religiosos que entran en conflicto con su conducta y deseos sexuales.
De esta manera Ley su equipo descartan las problemáticas derivadas del consumo de pornografía. De hecho , el equipo de investigación mantiene que la pornografía puede mejorar las actitudes hacia la sexualidad y aumentar la calidad de vida, la variedad de comportamientos sexuales y el placer en las relaciones a largo plazo. También proporciona una salida legal para comportamientos o deseos sexuales ilegales , y su consumo o disponibilidad se ha asociado con una disminución en los delitos sexuales , especialmente el abuso de menores , según se afirma en la investigación. LAVANGUARDIA.COM
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