A grandes problemas, grandes soluciones. Con la llegada de la crisis, Loli Carrillo, propietaria del bar restaurante Eric II en el polígono Riuclar (TARRAGONA), vio como su clientela comenzaba a reducirse hasta casi desaparecer. «Los clientes dejaban de venir porque no les pagaban las dietas, y las letras y demás gastos se debían seguir pagando», recuerda Loli. Fue entonces, pronto hará un año, cuando la dueña de Eric II tuvo la idea de aprovechar la mayor parte de su clientela es del sexo masculino. «Todos sabemos cómo gustan las camareras bonitas, así que pensamos: podríamos ponerlas un poco más sexis », explica.
No fue fácil encontrar las camareras adecuadas para esta tarea tan poco habitual. «Para ponerse un picardías necesitas chicas que no pasen vergüenza, que sepan servir mesas y que sean simpáticas», comenta Loli, que después de muchas entrevistas y pruebas encontró un grupo de chicas que se avienen a rabiar. «El primer día estaba muy nerviosa porque tenía que vestir así, y además nunca había hecho de camarera», recuerda Daniela Villa, «pero al final me concentré más en lo que debía hacer como camarera que no en cómo iba vestida. Enseguida me olvidé de la lencería y más con las compañeras que me ayudaban y el buen trato de los clientes, que no son nada morbosos».
Loli admite que el negocio ha mejorado mucho. Aunque el nuevo servicio, el precio de la comida y las bebidas no ha variado y ante este servicio tan eficiente cada vez vienen más clientes y muchos repiten. «Es un placer venir, la verdad. Buen servicio, buenas camareras y bien de precio", comenta Francisco García, que admite que fueron a Eric II porque oyeron que se llevaban a cabo estos desayunos picantes y que, desde entonces, «hemos repetido». Loli admite que pronto tendrá que contratar más camareras - ya tiene cuatro - y que está pensando en llevar a cabo espectáculos de entretenimiento los sábados por la mañana, momento en que el bar se desborda. - NACIODIGITAL.CAT
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