El Sourasky Medical Center de Tel Aviv ha dado con una especie de solución contra el estreñimiento: introducir un motor en los intestinos. Una píldora que todavía está siendo investigada contendría un pequeño motor que se activaría a las seis horas de su ingestión; las vibraciones provocadas por el motor activarían los intestinos y ayudarían a expulsar el mal de forma ordenada y sin sorpresas.
En principio no hay ninguna contraindicación (en este aspecto supera a los laxantes habituales), pero nadie ha comentado nada acerca de la expulsión del motor, que debe de ser una experiencia dramática cuanto menos.
Además, si a alguien se le ocurre combinar la píldora con un dildo el festival que tendrá montado en las zonas bajas tenderá a ser la cumbre del placer o una explosión de sabores y colores o todo junto a la vez. A lo mejor sale un arco iris y todo. Eso sí: cuidado con pasear imanes por el bajo vientre, que el asunto se puede complicar mucho.
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