Tener los ojos juntitos, en la parte frontal de la cabeza, tiene la ventaja de dotarnos de una mejor percepción de la profundidad. Esto, cuando no eres más fuerte ni más rápido que tus enemigos, se convierte en una ventaja evolutiva que te puede ayudar a convertirte en la especie más depredadora y peligrosa del planeta.
A los humanos les ha funcionado.
Se trata de una peculiaridad de la que no disfrutan muchos otros animales menos afortunados. Observemos cómo, por el simple hecho de colocar sus ojos en la parte frontal, elementos de esas especies pasan a tener un aspecto mucho más interesante e intelectual, aterradoramente intelectual.
Visto en Technabob, via nopuedocreer.com
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