LA ZONA DE LA MUERTE, DONDE PUEDES MATAR A UNA PERSONA Y SALIR IMPUNE


Si se piensa un lugar en la tierra donde el asesinato no tiene consecuencias legales lo suyo es imaginar a algĂșn estado fallido o una tierra de piratas, bandoleros y, si hablamos de ficciĂłn, coches destartalados peleando por gasolina en un desierto post-apocalĂ­ptico. Nadie pensarĂ­a que aquel lugar pudiera ser tan hermoso, turĂ­stico y occidental como el parque nacional de Yellowstone (EE.UU).

Ninguna autoridad, de hecho, reparó en esta laguna legal hasta que Brian Kalt, profesor de Derecho de la Universidad Estatal de Michigan, escribió un artículo jurídico en 2004 explicando por qué en una zona del parque perteneciente al territorio de Idaho es posible cometer un asesinato y quedar impune por un descuido histórico.

La legislaciĂłn de EE.UU. establece que los juicios penales en el ĂĄmbito federal deben celebrarse en el estado en que se cometiĂł el delito
El artĂ­culo llamado «The Perfect Crime» precisa la letra pequeña: no se trata de todo el parque –formado por casi 9.000 kilĂłmetros cuadrados– solo de aquella superficie que tiene su territorio fuera de Wyoming, lo que el autor califica como la «zona de la muerte». Y es que se da la situaciĂłn de que el Parque Nacional de Yellowstone se extiende entre los estados de Idaho (80 kilĂłmetros), Montana (418 kilĂłmetros) y Wyoming (90% de la superficie); pese a lo cual, el Congreso considera que pertenece Ă­ntegramente al distrito federal de Wyoming. Esto da lugar a que sea el Ășnico distrito federal del paĂ­s cuyas fronteras ocupan parte de otros estados.

El parque fue establecido en 1872, mucho tiempo antes de los tres estados se añadieron a la Unión en 1889 y 1890. Cuando los estados fueron admitidos, cada uno de ellos cedió la competencia exclusiva de su porción de Yellowstone al gobierno. Aquí es donde comienza la excepcionalidad del parque: los delitos allí cometidos son de åmbito federal.

Como señala Kalt en su texto, el artĂ­culo III de la ConstituciĂłn de EE.UU. establece que los juicios penales en el ĂĄmbito federal deben celebrarse en el estado en que se cometiĂł el delito. La Sexta Enmienda garantiza que el jurado debe ser «del Estado y distrito en que se haya cometido el crimen». AsĂ­, el acusado tiene derecho a que su sentencia la dicte un jurado compuesto por personas que residan en el distrito y en el estado en el que se perpetrĂł el acto. En caso de cometer un asesinato en la parte perteneciente a Idaho o de Montana, serĂ­a juzgado por un jurado procedente Ășnicamente de la parte de Idaho o Montana del Parque Nacional de Yellowstone. No se podrĂ­a recurrir a otras zonas de Wyoming o de los otros estados implicados.

Pero, ¿quĂ© pasa si nadie vive en estos distritos y no se puede elegir otro prĂłximo? De acuerdo con el censo del año 2000 (todavĂ­a hoy vigente), la poblaciĂłn del distrito de Idaho en el parque es de cero personas, mientras que la del distrito de Montana es de unas pocas docenas de adultos, lo que harĂ­a igualmente difĂ­cil formar un jurado vĂĄlido a menos que sea con osos. Tampoco se podrĂ­a emplear un distrito vecino de Idaho o Montana para formar el jurado (algo habitual en estos casos) porque el juicio no puede celebrarse fuera de Wyoming.

El criminal saldrĂ­a impune del delito de asesinato si se cumple la ConstituciĂłn, pero podrĂ­a ser acusado de delitos menores. Estos delitos no requieren la formaciĂłn de un jurado popular. AdemĂĄs, el crimen deberĂ­a cometerse Ă­ntegramente en el parque, tanto su ejecuciĂłn como su preparaciĂłn. En caso contrario el acusado podrĂ­a ser imputado por «conspirar para cometer un asesinato» en otro distrito. TambiĂ©n es posible que los familiares de las vĂ­ctimas iniciaran procesos civiles a travĂ©s de demandas por el daño cometido.

Un caso parecido, y a la vez fallido, fue el que afectó en 1888 a un grupo de asesinos en un territorio que hoy pertenece a Oklahoma, aunque que en ese momento estaba sin asignar. Tras asesinar a cuatro personas, el grupo pensó que se libraría del castigo, pero después de la matanza el Congreso asignó de forma retroactiva la tierra al Distrito Este de Texas y el Tribunal Supremo rechazó todos los argumentos de los asesinos. Consideró que si no hay estado que pueda procesar el delito el juicio se celebrara en el lugar o lugares que el Congreso designara por medio de una ley. La Sexta Enmienda no sirvió aquí para invalidar el proceso.

A modo de soluciĂłn de cara al futuro, Kalt planteĂł en su escrito que el Congreso dividiera Yellowstone en tres distritos federales
La cuestiĂłn es que en Yellowstone sĂ­ hay un estado y un distrito para que se aplique la Sexta Enmienda. El Congreso tiene las manos atadas por la ConstituciĂłn si se llegara a cometer un asesinato: la laguna legal serĂ­a difĂ­cil de subsanar. A modo de soluciĂłn para prevenir esta situaciĂłn, Kalt planteĂł en su escrito que el Congreso dividiera Yellowstone en tres distritos federales, cada uno bajo la jurisdicciĂłn de los estados correspondientes. Incluso se tomĂł la molestia de exponer su plan, pero su sugerencia jamĂĄs ha sido escuchada. ABC.ES

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