¿Eres de los que piensa que en el sexo está todo inventado? Probablemente te suenen palabras como kamasutra, orgía o bondage… Pero hay prácticas que no tienen un nombre que suene francés o a algo exótico. Eso sí, no son aptas para todos los públicos. Ni para todas las mentes. Es más, no deberían ser aptas ¡para nadie! En Barcelona se ha puesto de moda una actividad muy peligrosa llamada la ruleta del sexo. Es exactamente igual que meter una bala en una pistola y dispararte en la sien a ver si vives o mueres. Son grupos de personas que quedan para practicar sexo y una de ellas es portadora del virus del sida.

¿Dónde está el morbo? En que nadie sabe quién es el portador de la enfermedad y, al no usar condón ni ningún tipo de protección, todos los participantes pueden contraer el virus. Si en la ruleta rusa puedes acabar con una bala en el cerebro, en la sexual lo puedes hacer contagiado de una enfermedad que, pese a los avances médicos, no tiene cura y todavía puede ser mortal. Una locura que hace llegar a los participantes al clímax del placer con solo pensar en lo arriesgada que es la experiencia.
Ha sido el servicio de enfermedades infecciosas del Hospital Clínic el que ha avisado de que estas fiestas han vuelto a surgir en Barcelona. Al parecer no son nuevas, pues ya en 2009 se practicaban estos encuentros sexuales tanto en la capital catalana como en Madrid y Valencia.

En este tipo de ‘fiestas’, por llamarlas de alguna forma, existen dos modalidades: una en exclusiva para los portadores del VIH+ y otra en la que cualquiera puede participar. Por supuesto, es en esta última en la que se corren más riesgos. Aunque la perversión llevada al extremo no entiende de orientación sexual y el que quiera puede formar parte de estos encuentros, los homosexuales son los reyes de este tipo de orgías.

Pero esta ‘excitante’ ruleta sexual no es tan innovadora, ya que hace un par de años conocimos otras prácticas peligrosas como ‘El Muelle’, una travesura adolescente a la que se puede jugar de varias formas. El jueguecito consiste en que un grupo de chicos se tumben uno junto a otro con el soldadito firme, mientras que una o varias chicas van ‘saltando’ de uno en uno. ¿Quién pierde? El que ‘dispara’ primero. Emocionante, ¿verdad? Aquí también existe ese riesgo disfrazado de morbo del contagio de sífilis, hepatitis… o del mismo virus del sida.

En fin, si algo queda claro de este asunto es que cuantos más avances se logran para combatir enfermedades de transmisión sexual, más desconocimiento parece haber en cuanto al sexo, la principal vía de transmisión del virus. Curioso el ser humano, mientras unos luchan por educar, otros ponen en juego sus vidas por curiosidad, desconocimiento o por el placer de sentir el peligro tan cerca. - ELPERIODICO.COM