Cuando Penayo apareció en su casa, en la localidad de Santa Teresa (Uruguay), el pasado domingo, se encontró con un panorama desolador, máxime cuando le comunicaron que "había muerto" y estaba enterrado.
Según los informes policiales y en relación a la declaración del joven, Penayo se fue de su casa el jueves y estuvo durante cuatro días trabajando en fuera del país, en Brasil. Días después, la Policía encontró un cadáver cuya identidad no pudo cotejar, y la familia del joven acabó haciéndose cargo del cuerpo pensando que era el de Penayo. Lo velaron y lo enterraron. Finalmente, el cadáver se exhumó y fue trasladado de nuevo a la morgue, en espera de una nueva identificación.
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