380.000 euros. Ese es el precio de un sueño. A cambio, un traje autopropulsado que te mantiene en el aire ocho minutos. Puedes cruzar un lago a más de 70 kilómetros por hora.

En la mochila de Daedalus Mark 1, el último modelo de traje volador autopropulsado, además de turbinas y un depósito de queroseno va empaquetado ese sueño que no hace falta ser antropólogo para pensar que acompañó a la humanidad desde que el primer Sapiens se fijó en un pato, en un ganso, en un flamenco, en una mosca... Nacimos sin alas los humanos y con los pies pegados a la tierra, anudados a esa fuerza que numeró Newton y que tira desde un inexplorado núcleo en llamas: la gravedad no puede ser más celosa. Tenemos poco fuelle para liberarnos, no basta un salto.
Un hombre de ciencia, fisiólogo, matemático y físico, el napolitano Giovanni Alfonso Borelli, fue quien describió por primera vez la anatomía de los pájaros y comprobó que sus músculos pectorales alcanzan una sexta parte de su peso, mientras que los de los humanos no llegan a la centésima. Después de Borelli, a finales del siglo XVII, cualquiera que supiera un poquito de anatomía podía entender que los hombres nunca llegarían a volar agitando los brazos, así que la mochila de Daedalus, el traje autopropulsado que recorre Europa de exhibición en exhibición, hace las veces de pecho potente, el que nos permite elevarnos sin alas y vencer la gravedad sin agotarnos.- quo.es