Es un hecho demostrado que cada vez somos más tontos, y la ola de mojigatería que nos inunda añade un palmo más al nivel de idiocia generalizado. La UNESCO, siglas de Organización de las Naciones Unidas para la EDUCACIÓN, la Ciencia y la CULTURA, ha pedido al escultor Stéphane Simon que cubriese el desnudo integral de sus esculturas con bragas, slips y tangas para “no herir la sensibilidad del gran público” en una exposición en París. En París, sí, no en Kabul.
Según relata Le Figaro, Simon fue invitado por la UNESCO para exponer su instalación ‘In Memory of Me’ en los pasillos de la institución en París. ‘In Memory of Me’ es un homenaje a las esculturas de la Grecia clásica aliñadas con un guiño irónico a la actualidad: las estatuas están rodeadas de espejos y en posición de tomarse un selfie, e invitan a los visitantes a hacer lo propio: Praxiteles meets iPhone.
Pero, claro, los tiempos han cambiado mucho, y no siempre para bien, desde la Antigua Grecia. El desnudo era entonces una exaltación del cuerpo humano, mientras ahora es motivo de escándalo para algunos trogloditas. Uno de estos trogloditas fue el funcionario de la UNESCO que pidió a “Simon” cubrir las partes pudendas de las estatuas con ropa interior, para “no chocar con la sensibilidad del gran público”.
El artista se ofreció a estar presente en la exposición y cubrir las estatuas si alguien se sintiera ofendido, pero el funcionario insistió: era necesario cubrir las vergüenzas. Dicho y hecho. Las esculturas quedaron absurdamente cubiertas por minúsculos slips, “con un efecto evidentemente obsceno”, según describe Juan Pedro Quiñonero, corresponsal de ABC en París:
“El cuerpo desnudo interesa o no interesa, pero no suscita forzosamente «emociones fuertes», presentado con sencillez y naturalidad. Cubierta la desnudez con prendas íntimas «sugestivas» el mismo sexo y el mismo «trasero» cobran con rapidez dimensiones que rozan la obscenidad propia de los anuncios de objetos o comercios prostibularios”.
Las grotescas esculturas con tanga de Stéphane Simon no pasaron desapercibidas en las redes sociales y acabaron llamando la atención de los periódicos franceses. Por su parte, la llamada institución “cultural” de la ONU solo intenta enterrar el “malentendido”, limitándose a reconocer “un error lamentable”. Visto en Le Figaro. Con información de ABC y Xataka. via:strambotic
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