A medio camino entre el ritual, la casualidad y la leyenda, se pueden encontrar misteriosos pares de zapatos atados y colgados a líneas eléctricas en más de medio mundo. Están tan presentes en la imagen urbana que podrían pasar desapercibidos. Sin embargo, su disposición parece siempre predispuesta a llamar nuestra atención. Nos hemos acostumbrado al cableado eléctrico trenzándose entre nuestra vista y el cielo, pero no solemos encontrar zapatos colgando estos cables. ¿Qué hacen? ¿Cuándo y cómo llegaron tan alto? Quizás imaginas un tipo que, de repente, se descalza en plena calle, desnuda las zapatillas y acaban colgadas mientras él sigue su camino descalzo. Podría ser una forma de protesta contra la idea de decadencia que conllevan los cables: me arrebatas el cielo pues os uso con otro fin práctico. Podría ser cualquier cosa. Es, eso sí, práctica habitual desde hace décadas. A medio camino entre el ritual, la casualidad y la leyenda, se pueden encontrar misteriosos pares de zapatos atados y colgados a líneas eléctricas en más de medio mundo, desde Norteamérica, Europa, América Latina hasta Australia. Llegar al origen del gesto parece tan difícil como conseguirlo bajo palos muy altos: No está claro cuándo o por qué empezó esta tradición, pero no faltan teorías.
Algunos historiadores coinciden en que esta moda se originó en los suburbios de las grandes ciudades de Estados Unidos a finales de los años setenta, aunque otros la ubican en Londres. Lo que sí parece cierto es que el gusto por ella crece tanto como el rechazo.
'Urban Dictionary', el portal referente en términos de cultura popular no verificada, ofrece varias explicaciones: podría ser que simbolizaran que pasó una persona bajo los efectos de alguna droga, ya que unos zapatos colgados muy por encima del sitio con el que se les relacionan, el suelo, recuerda el concepto inglés de estar 'high'. También podría marcar un punto de venta de droga.
Una de las primeras referencias que se pueden encontrar en internet al respecto se remonta a finales de los años noventa, concretamente en 1996. Aquel año, el columnista Adams Cecil intentó responder a esta pregunta en su popular columna de preguntas y respuestas del Chicago Reader conocida como 'The Straight Dope'. La pregunta se repetía constantemente entre sus lectores y lectoras, así que acudió a un ciberfórum de la época y esperó respuestas: la vinculación con la droga surgió rápido, pero también otras ideas como que podría tener que ver con casos de bullying donde los acosadores terminaban una agresión arrojando los zapatos de la víctima a los cables. Desde entonces, a lo largo de los años las explicaciones han continuado multiplicándose, como la propia aparición de nuevos pares en nuevos cables callejeros. Hay quien incluso ha tratado de relacionarlo con prácticas mucho más antiguas que ya utilizaban los zapatos, como explica Karen Harris en 'History Daily', desde conmemorar a los muertos hasta celebrar una mudanza o un ascenso laboral, hasta y todo en rituales de bodas en Inglaterra, en los que a los novios lo que se lanzaba era precisamente zapatos (ya podemos imaginar por qué dejó de hacerse esa costumbre).
En la actualidad, parece más tener que ver con un juego artístico, una forma tridimensional de arte callejero que se conoce como "shoefiti". Ed Kohler fue la persona que acuñó este término hace ya algunos años, fusionando estas dos palabras al descubrir que la recepción pública de los zapatos colgados de las líneas eléctricas tiene un paralelo significativo con el grafito. "Ambos aluden a ideas de decadencia y desolación urbana. Se suma a la contaminación de nuestra ciudad. Identificamos 'shoefiti' como un icono que representa el desorden porque algo que pretende hacernos parecer civilizados, que se supone que debe permanecer en el suelo, cuelga del cielo", dice Gita Devi en 'Medium'. A menudo es sólo un juego para ver quién puede enganchar los zapatos con la menor cantidad de intentos. Sin embargo, como con el grafito, se ha elevado a una forma de arte en los tiempos modernos.
De esta forma, hay artistas que lo han incluido como práctica en sus trabajos, como un dúo de hermanos artistas de Brooklyn, donde han llegado a mostrar hasta 500 pares de grabados en madera adornados con imágenes de zapatos de líneas eléctricas de todo el mundo. En el cortometraje 'Mystery of Flying Kicks', estos y otros artistas ya relacionados con el "shoefiti" relatan sus experiencias arrojando al aire zapatos en todo el mundo. Es posible que nunca llegues a saber del todo con qué finalidad empezó este fenómeno, pero esto no significa que no podamos saber por qué lo hacen hoy.
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