«A partir de ahora, cuando vengas a la peluquería no olvides llevarte la música de casa. ¡Ah! Y todo original », dice con evidente sorna un póster en la puerta de la pequeña barbería Hermanos Caballé, en el Poblenou. El cartel muestra a una joven en una peluquería amueblada al más puro estilo Cuéntame con la cabeza bajo un secador con unos enormes cascos puestos y un globo de texto en el que se lee un irónico: «Yo llevo vinilos porque soy más fashion». Esta humilde peluquería no es la única en que se puede ver el mismo cartel. Se trata de la peculiar fórmula de protesta del gremio de peluqueros para reivindicar su oposición al contrato que la Sociedad General de Autores (SGAE) les obliga a firmar para poder poner una emisora de radiofórmula en el local, una obligación que consideran injusta. La polémica se desató cuando el pasado noviembre un delegado de la SGAE visitó la peluquería de Esteban Criado, ubicada en el centro de L'Hospitalet, y le dijo que para poder poner música en el comercio tenía la obligación de firmar un contrato y abonar una cuota mensual de 12 euros, y le amenazó con acciones legales en caso de que no lo hiciera. CONTRATO FIRMADO / Finalmente no han sido 12 euros sino más, unos 19 euros al trimestre. «En el momento en que el tema saltó a la prensa, debería haberlo aprovechado y hacer una recogida de firmas para denunciar la situación. En internet habría recogido miles », explica Criado, que afirma que se siente indefenso. «Es una situación que no puedo denunciar ante la ley, ya que es la misma ley la que dice que tengo que pagar», lamenta el peluquero. «Se meten con los colectivos pequeños porque no tenemos fuerza, pero en cambio no se atreven con los taxistas», denuncia Criado, que firmó el contrato en diciembre, pero que paga la cuota desde el mes de noviembre. «Tiene efecto retroactivo, y encima tengo que pagar la cuota por adelantado», se escandaliza. Como reacción a su caso, y al de muchos otros que reciben la inesperada visita de un delegado de la SGAE, la Federación Catalana de Peluquería y Belleza ha enviado a sus socios una carta en la que hace un llamamiento a todos los que reciban el 'aleatoria inspección a ponerse en contacto con ellos, para gestionar la situación. Junto con esta carta, reciben también un provocador póster como el descrito, que algunos no se han atrevido a colgar, por miedo a convertirse en un reclamo para los delegados de la SGAE. «Yo soy un oyente de la radio y las emisoras que escucho ya están pagando los derechos», explica Manel Caballé, propietario de la peluquería del Poblenou, muy sensibilizado con la causa. Al ser preguntado sobre si, además de colgar el cartel, pretendía ir más allá e instalar el tocadiscos-cosa que no desentonaría en absoluto con el estilismo del local-Caballé se decanta más para que los clientes lleven su propio MP3. FUENTE - ELPERIODICO
0 Comentarios