Johnnie Limuel, de 68 años trabaja en una gasolinera del condado de Travis (Texas) y está acostumbrado a ver clientes extrañísimos. Se sorprendió, pero no mucho, cuando un hombre vestido de mujer acudió a la caja a comprar un paquete de cigarrillos y a pagar los cinco dólares de gasolina que había echado al depósito de su camioneta.
El (o la) cliente subió al vehículo a la vez que bajaba de él un muchachuelo con algo debajo de la camiseta. Llegó al lugar donde se encontraba Limuel y le apuntó con ese “algo”.
El arma, que se veía perfectamente bajo la camiseta, era una de esas pistolas de silicona que se usan para llevar a cabo labores de bricolaje. No sabemos por qué el chaval pensó que aquello podía pasar por un cacharro mortal (o tenía mucha fe en su plan o estaba muy drogado). El caso es que, aunque Limuel le preguntó si aquello era una broma, el adolescente le siguió apuntando como si la herramienta que portaba fuese un CETME.
El “ladrón” siguió exigiendo el dinero, pero el trabajador le dijo que no podía abrir la caja. Como no podía dispararle (quizá la pistola se había encasquillado) el bandido procedió a golpear al sufrido Johnnie con el arma. Pero algo no marchaba bien: por alguna razón el golpe no le mató. Es más, puso más furioso a Limuel, que terminó arreando al cuatrero con un cubo de basura en la cabeza. Al ver que el robo se quedaba en tentativa con un chichón, el chaval salió corriendo del lugar y salió pitando con su compañera y la camioneta.
Limuel llamó a la policía, que tras seguir la pista del vehículo, detuvo a José Alejandro Romero, de 17 años y a Kenneth Williams, la prostituta travesti con la que había estado buscando dinero para comprar crack. No sabemos si la policía también encontró al pavo que José Alejandro tenía encima en el momento del robo.
Nota: Cuando digo “pavo” me refiero al estado de estupidez hormonada e inconsciente propia de ciertos momentos de la adolescencia.FUENTE - NOPUEDOCREER.COM
El (o la) cliente subió al vehículo a la vez que bajaba de él un muchachuelo con algo debajo de la camiseta. Llegó al lugar donde se encontraba Limuel y le apuntó con ese “algo”.
El arma, que se veía perfectamente bajo la camiseta, era una de esas pistolas de silicona que se usan para llevar a cabo labores de bricolaje. No sabemos por qué el chaval pensó que aquello podía pasar por un cacharro mortal (o tenía mucha fe en su plan o estaba muy drogado). El caso es que, aunque Limuel le preguntó si aquello era una broma, el adolescente le siguió apuntando como si la herramienta que portaba fuese un CETME.
El “ladrón” siguió exigiendo el dinero, pero el trabajador le dijo que no podía abrir la caja. Como no podía dispararle (quizá la pistola se había encasquillado) el bandido procedió a golpear al sufrido Johnnie con el arma. Pero algo no marchaba bien: por alguna razón el golpe no le mató. Es más, puso más furioso a Limuel, que terminó arreando al cuatrero con un cubo de basura en la cabeza. Al ver que el robo se quedaba en tentativa con un chichón, el chaval salió corriendo del lugar y salió pitando con su compañera y la camioneta.
Limuel llamó a la policía, que tras seguir la pista del vehículo, detuvo a José Alejandro Romero, de 17 años y a Kenneth Williams, la prostituta travesti con la que había estado buscando dinero para comprar crack. No sabemos si la policía también encontró al pavo que José Alejandro tenía encima en el momento del robo.
Nota: Cuando digo “pavo” me refiero al estado de estupidez hormonada e inconsciente propia de ciertos momentos de la adolescencia.FUENTE - NOPUEDOCREER.COM
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