ABRUMADO POR ENTUSIASMO DE 37 ANIVERSARIO


José Valls, vecino del barrio de Gràcia, en Barcelona, cumplía ayer 37 años y lo comentó por la mañana en la panadería a la que acude a diario sin dar demasiada importancia al asunto. Aunque se le felicitó de inmediato e incluso fue obsequiado con un pequeño bollo de crema, Valls no pudo imaginar que la voz correría por todo el barrio contagiando a sus vecinos del espíritu festivo. Cuando, acabada la cena, el homenajeado se dispuso a soplar las velas del pastel que le había preparado su esposa, se oyó un estruendo en la calle provocado por el estallido de numerosos petardos y la gente salió al balcón para expresar su más sincera alegría. “Aquello me sobrepasó por completo. Podría entenderlo si cumpliera los 40, porque es una edad propicia para celebrarlo a lo grande, pero aún queda para eso. No sé, cuando ves que todo el barrio te acompaña en tu día sientes que aún queda bondad en el mundo. Nunca olvidaré el día de hoy”, declaraba emocionado Valls.

La Policía tuvo que desplegar un importante operativo para contener a los vecinos que, superados por la euforia, se subían encima de los coches y tumbaban contenedores. Los gritos de “Oé, oé, oé” rompían la calma de la noche e incluso José Valls reconoce que “a las cuatro de la mañana ya estaba deseando que la gente se olvidara un poco de mí porque, aunque estoy muy agradecido, entro a trabajar a las ocho y necesito descansar”.

La esposa de Valls, Margalida Suñé, justifica la euforia generalizada alegando que su marido “tiene un carácter muy afable y fue presidente de la escalera durante tres años, y eso la gente lo valora y no lo olvida”. Antes de dirigirse al trabajo esta misma mañana, el matrimonio ha ayudado a recoger los restos de confeti y las latas y botellas de alcohol que numerosos ciudadanos desperdigaron por todo el vecindario celebrando el cumpleaños. “Es lo mínimo que podemos hacer. Al fin y al cabo, es nuestra fiesta y tenemos la responsabilidad de dejar la vía pública tan limpia como estaba antes”, reconoce Suñé.

De cara al año que viene, José Valls promete alquilar un espacio suficientemente grande como para albergar a sus vecinos más próximos. “Lo haremos bien y avisaré con tiempo. Sé que muchos tuvieron que anular planes para poder unirse a la celebración en el último momento. Tampoco hubo tiempo para comprar regalos, estaba todo cerrado al ser domingo. De verdad que no me esperaba eso. Gracias a todos por alegraros tanto o más que yo en un día tan señalado para mí y para los míos”, concluye José. ELMUNDOTODAY.COM

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