DESFILE DE PAYASOS INVADIÓ MÉXICO DF


El Club de Payasos de México celebró su 30 aniversario con la ya tradicional peregrinación a la Basílica de Santa María de Guadalupe para agradecer a la Virgen por los favores que les había concedido durante el año. El desfile mágico resultó ser una fiesta increíble, tanto para los pequeños como para los mayores de edad.
Cientos de payasos procedentes de diversos estados del país invadieron las calles. En su trayecto cargaban imágenes de la Virgen de Guadalupe y estandartes, pero tampoco se olvidaron de su público: hacían burlas, bromeaban y tocaban todo tipo de instrumentos musicales.

Con una alegría pasmosa, rodeados de aplausos de centenares de personas que habían acudido al recorrido para ser testigos del evento, los payasos celebraron el poder seguir ejerciendo sus oficios.
El desfile mostró con toda claridad que los artistas cuya vocación sirve para alegrar el alma y el cuerpo de sus espectadores conocen perfectamente el camino al corazón y al alma de un niño. Saben llevar consigo sorpresa, fiesta, juego y fantasía.

Los participantes, vestidos con los tradicionales pantalones anchos y los zapatos grandotes, con juguetes y globos en sus manos, exhibieron los sombreros más extravagantes y pelucas rojas, rosas, azules, amarillas, naranjas y verdes. Se podía observar también todo tipo de maquillaje artístico en sus caras.
Durante su trayecto, los peregrinos animaron a su audiencia con juegos malabares y caramelos, globos y narices de payaso que repartían entre el público. "Algunos traemos figuras con globos, otros narices de payaso. También aprovechamos para regalar nuestra tarjetita en intercambio con los compañeros", comentó la encantadora 'Pepperoni Greñas Locas' al diario Once Noticias.
Tanto los niños como los padres aprovecharon el momento para decir no al aburrimiento: calzada de Guadalupe estaba llena de carcajadas y aplausos.

A pesar de unos zapatos que les quedaban grandes, los payasos, acompañados por un agente que coordinaba el tránsito, recorrieron en su peregrinación los más de tres kilómetros de distancia que tiene la Glorieta de Peralvillo a la Basílica de Santa María de Guadalupe.

Una de las payasas, 'Lucesita', comentó: "La realizan cada año, precisamente vamos a darle gracias a la Virgen por la oportunidad que nos ha dado de ser payasos y de tener trabajo todo el año. La idea es que cada uno venga con sus mejores maquillajes. Y sí, es una fiesta todo el camino". ACTUALIDAD.RT.COM





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