EFE - La mexicana Ignacia Moya llevaba intentándolo veinte años porque dice que quiere seguir los pasos de sus nietos y «además quiero votar»
Rodeada por cinco generaciones de familiares, la mexicana Ignacia Moya de 106 años de edad y radicada desde hace 40 en Chicago, se convirtió hoy en uno de los inmigrantes de mayor edad en lograr la nacionalidad estadounidense.
Ignacia Moya nació en Jalisco, en el estado mexicano de Guadalajara, y se crió en Tampico (Tamaulipas). En 1970, tres años después del fallecimiento de su esposo, se mudó a los Estados Unidos, donde vive ahora con un hijo y una nuera.
Consultada sobre las razones que la llevaron a convertirse en ciudadana estadounidense después de tantos años, Moya dijo que quería seguir los pasos de sus hijos, y «además quiero votar».
No pasó el examen de inglés
Moya intentó durante más de veinte años cumplir con los requisitos para lograr la nacionalidad pero fracasó varias veces. Según recordó hoy, la primera vez que solicitó la naturalización fue en 1986 pero fue rechazada por no pasar el examen de inglés, aunque «había estudiado mucho».
Con el paso del tiempo, y al progresar sus problemas de ceguera y de pérdida de la audición, la familia decidió que en lugar de solicitar la renovación de su tarjeta de residente Moya debía intentar nuevamente obtener la ciudadanía.
Esta vez, con la ayuda del congresista demócrata Luis Gutiérrez se logró que Moya recibiera una dispensa médica que le permitió naturalizarse sin necesidad de pasar los exámenes de inglés y de conocimiento de la historia y gobierno de Estados Unidos.
El puertorriqueño Gutiérrez, cuya oficina ha ayudado con los trámites de naturalización a más de 50.000 personas en 17 años, estuvo presente en la ceremonia de naturalización y dijo que el caso era un "ejemplo de civismo" que contradice la idea general de que los inmigrantes mexicanos no están interesados en convertirse en ciudadanos estadounidenses.
«A esta edad es muy difícil aprender otro idioma, pero Ignacia a aprendido a amar a este país», agregó.
Marilú Cabrera, portavoz de la agencia de los Servicios de Inmigración y Ciudadanía de los Estados Unidos (USCIS) en Chicago, contó que hay registrados por lo menos otros tres casos de personas que eran mayores que Ignacia Moya en el momento de naturalizarse. Entre ellas Manik Bokchalian, nacida en Turquía y con 117 años al tomar el juramento en Los Ángeles en 1997.
A la ceremonia de naturalización de Moya asistieron dos de sus tres hijos, 14 nietos, 20 bisnietos y ocho tataranietos, todos ciudadanos estadounidenses y residentes en Chicago. También acudieron residentes de una residencia de ancianos latinos, así como autoridades locales mexicano-americanas. La ceremonia fue breve, dada la edad de la festejada.
Rodeada por cinco generaciones de familiares, la mexicana Ignacia Moya de 106 años de edad y radicada desde hace 40 en Chicago, se convirtió hoy en uno de los inmigrantes de mayor edad en lograr la nacionalidad estadounidense.
Ignacia Moya nació en Jalisco, en el estado mexicano de Guadalajara, y se crió en Tampico (Tamaulipas). En 1970, tres años después del fallecimiento de su esposo, se mudó a los Estados Unidos, donde vive ahora con un hijo y una nuera.
Consultada sobre las razones que la llevaron a convertirse en ciudadana estadounidense después de tantos años, Moya dijo que quería seguir los pasos de sus hijos, y «además quiero votar».
No pasó el examen de inglés
Moya intentó durante más de veinte años cumplir con los requisitos para lograr la nacionalidad pero fracasó varias veces. Según recordó hoy, la primera vez que solicitó la naturalización fue en 1986 pero fue rechazada por no pasar el examen de inglés, aunque «había estudiado mucho».
Con el paso del tiempo, y al progresar sus problemas de ceguera y de pérdida de la audición, la familia decidió que en lugar de solicitar la renovación de su tarjeta de residente Moya debía intentar nuevamente obtener la ciudadanía.
Esta vez, con la ayuda del congresista demócrata Luis Gutiérrez se logró que Moya recibiera una dispensa médica que le permitió naturalizarse sin necesidad de pasar los exámenes de inglés y de conocimiento de la historia y gobierno de Estados Unidos.
El puertorriqueño Gutiérrez, cuya oficina ha ayudado con los trámites de naturalización a más de 50.000 personas en 17 años, estuvo presente en la ceremonia de naturalización y dijo que el caso era un "ejemplo de civismo" que contradice la idea general de que los inmigrantes mexicanos no están interesados en convertirse en ciudadanos estadounidenses.
«A esta edad es muy difícil aprender otro idioma, pero Ignacia a aprendido a amar a este país», agregó.
Marilú Cabrera, portavoz de la agencia de los Servicios de Inmigración y Ciudadanía de los Estados Unidos (USCIS) en Chicago, contó que hay registrados por lo menos otros tres casos de personas que eran mayores que Ignacia Moya en el momento de naturalizarse. Entre ellas Manik Bokchalian, nacida en Turquía y con 117 años al tomar el juramento en Los Ángeles en 1997.
A la ceremonia de naturalización de Moya asistieron dos de sus tres hijos, 14 nietos, 20 bisnietos y ocho tataranietos, todos ciudadanos estadounidenses y residentes en Chicago. También acudieron residentes de una residencia de ancianos latinos, así como autoridades locales mexicano-americanas. La ceremonia fue breve, dada la edad de la festejada.
2 Comentarios
Seguro que a esta edad su inglés debe ser perfecto.
ResponderEliminarya me gustaria oirla, la hermana de mi suegra lleba sesenta años en Francia y si oyeras su francés. Piensa que donde ella vive en las aafueras de Montpellier ay muchos españoles y no ha necesitado esforzarse demasiado en hablar francés.
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