Lu Lei, una estudiante de nacionalidad china que se quedó atrapada durante 12 horas mientras intentaba rescatar del interior de la taza su nuevo teléfono móvil. Se quedó atrapada, sí, lo cual significa dos cosas: uno, que es poco hábil y dos, que es poco avispada. Esto último no lo digo por el hecho de atascarte en un váter (que hombre, ya indica un poco de lentitud en sumas y restas) sino porque los móviles, generalmente, cuando entran en contacto con el agua pierden sus poderes, al contrario que los Gremlins (que se multiplicaban). Lo mejor (bueno, lo peor) es que al principio no quiso decir nada, ni avisar, ni gritar, ni llorar, porque tenía demasiada vergüenza. Sin embargo, tras ocho horas (OCHO HORAS, repito), con el brazo en el váter, decidió gritar (y que fuera lo que Hu Jintao quiera). Como imaginaréis, la rescataron, pero para ello hubo que retirar la taza entera, según publica la prensa china (bueno, dejémonos de tonterías… yo lo leí en la británica). La joven Lu, de 21 años, se desmayó y sólo atisbó a decir, después del rescate: “Tenía el teléfono, pero me quedé atascada”. YAHOO.COM
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