¿tendías un grillo como mascota?

Los grillos en la cultura china forman parte de una pasión que se remonta a la antigüedad y que hoy se mantiene todavía intacta, por ello es común encontrar a comerciantes vendiendo estos insectos, que guardan delicadamente en jaulas y cuyo canto es una pieza más de los sonidos perennes en la ciudad. En Pekín es sobre todo en primavera y verano cuando en ciertas calles y parques se escucha el canto de estos insectos que llaman sin cesar a la hembra para aparearse.

Los grillos están tan presentes en la cultura popular que incluso en un taxi se puede escuchar su sonido y descubrir que del bolsillo del conductor se asoma una caja tallada en marfil en la que se encuentra encerrado el insecto.
En los hutones -callejones tradicionales- que rodean a la Ciudad Prohibida los tenderos colocan en sus puestos los más variopintos juguetes, entre los que destaca una semilla de plástico, que al abrirse afloran de su interior dos grillos de color dorado situados uno frente a otro, pero sólo canta uno, el macho, mientras la hembra le observa.

Ya durante la dinastía Tang (618-907) las concubinas imperiales disponían de sus grillos en pequeñas jaulas de oro para poder colocarlos a un lado de la cama y escuchar su canto durante toda la noche. Una costumbre de la que tomó ejemplo el pueblo llano y que siguió floreciendo durante la dinastía Qing (1644-1911). También las peleas de grillos fueron muy populares en China en la época del Imperio, siendo el comercio principal de pueblos enteros que se dedicaban a la cría de este insecto para abastecer a Palacio.
En la actualidad su cría y venta sigue siendo un negocio en el gigante asiático, donde se calcula que unos 10 millones de personas lo crían cultivan año de julio a noviembre.

Desde hace una década, Tu Huajing, de 46 años, posee junto con su marido una tienda especializada en este insecto y que está situada en el mercado de Xin Guan Yuan, un lugar en la que la mayoría de los comerciantes se dedican al negocio de los grillos.
Tu dice a Efe que el pasado fin de semana vendió más de 100, cuyos precios oscilan entre los 100 yuanes (11 euros, 14 dólares) y los 3.000 yuanes (342 euros, 441 dólares), aunque se puede llegar a pagar hasta 8.000 yuanes (914 euros, 1.178 dólares) por un buen grillo de lucha.
El marido de Tu se encuentra en Ningyang, en la provincia de Shandong, a donde cada año viaja en busca de los grillos de esta zona de China que ya en tiempos de la dinastía Song (960-1279) eran considerados "insectos de primera clase del norte del Yangtsé".

La tienda de la pareja está repleta de utensilios creados única y exclusivamente para el insecto. Comederos, bebederos e incluso dormitorios que se acomodan dentro de tinajas especiales para grillos y que están hechas de piedra, madera, calabaza o cristal. La más barata cuesta 100 yuanes y la más cara, la de diente de elefante, 50.000 yuanes (5.700 euros, 7.360 dólares).
Fuera del establecimiento, los clientes sentados en pequeños taburetes prueban la fiereza de los diferentes grillos, a los que con un fino palo van dándoles pequeños golpes para comprobar si son fuertes, rápidos y despiertos.
Zang, un hombre de 48 años, casado y con un hijo, comenta a Efe que lleva tres décadas comprando grillos y en estos momentos tiene unos 300 en casa, pero a él, dice, el ruido no le molesta. Con cada uno Zang se gasta una media de 200 (22 euros, 29 dólares) y "los voy alimentando hasta que pasa un mes y comienzo a luchar con ellos en el parque o en casa", explica.
Las peleas de grillos fueron una de las primeras prácticas "feudales" que los comunistas prohibieron con el advenimiento de la República Popular de China en 1949, por su relación con el mundo de las apuestas ilegales.
A pesar de que las apuestas de grillos, y de cualquier otro tipo, están prohibidas en China, se siguen practicando en los rincones de las ciudades, y de tanto en tanto la prensa se hace eco de ellas y narra la historia de algún adicto a este insecto imperial. EFE

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