Encuentra a Wally buscando el punto G


Cristian Cerezo, cordobés de 29 años, convenció ayer por la noche a su esposa para afrontar la búsqueda de su punto G pese al escepticismo inicial de la mujer, que insistía en que “allí debajo hay lo que hay y lo demás es ficción”. Finalmente, la señora Cerezo tuvo que tragarse sus palabras puesto que, durante la intensa exploración genital, su marido halló a Wally, el personaje con bastón y jersey de rayas “que tanto me costaba encontrar de pequeño en aquellos libros”.
Aunque lamenta no haber encontrado el punto G, Cristian afirma que “es mucho peor ignorar que en la vagina de tu esposa hay un tío con bastón haciendo su vida”. La mujer, por su parte, asegura que desconocía la presencia de Wally “aunque es verdad que notaba como unas cosquillitas”.
El hallazgo de Wally en una zona tan comprometida de la anatomía femenina ha puesto en jaque la estabilidad del matrimonio cordobés, por mucho que la señora Cerezo argumente que “esto no se puede considerar infidelidad porque yo no lo busqué ni me lo metí allí ni nada”. Cristian Cerezo sospecha que la presencia del personaje se debe a que los genitales de su esposa “han estado en contacto con los libros” y se siente defraudado “por haberme enterado así, por casualidad”.
No es la primera vez que Wally aparece en sitios inadecuados. En 1993, un testigo aseguró que lo había visto en unas fotografías de los campos de concentración de Auschwitz “sonriendo en medio de todo el fregao”. Aunque siempre se habían considerado falsos los avistamientos, el suceso de ayer ha reabierto el debate. ELMUNDOTODAY.COM

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