Las funerarias no son de ninguna forma un negocio muerto o esclerotizado, sino que cada día buscan nuevos modelos para hacerse más atractivas a sus clientes. El último grito en funerales en EEUU es la retransmisión de los responsos de particulares a través de internet, pensada para aquellos que no han podido desplazarse a despedir a sus amigos o allegados, según explica The New York Times. El servicio ha encontrado su filón en un país donde las distancias son considerables y las familias pueden estar muy dispersas y el asociacionismo es parte de los valores cívicos.
Aunque la transmisión de las exequias de famosos han sido un tema recurrente (el primer gran funeral televisivo fue el de J. F. Kennedy, en 1963), el boom no llegó a internet hasta el 2009, con el funeral de Michael Jackson, que aún puede verse en la red. Fue el gancho para atraer a muchas personas desconocidas a los nuevos servicios. Según un experto citado por el diario neoyorquino, una demanda de "la sociedad Youtube".
Los argumentos a favor del funeral internauta son variados: desde la distancia, al deseo de respetar la privacidad de la familia o a la necesidad de llegar a grupos a los que perteneció el difunto, como antiguos compañeros militares o de la residencia de ancianos. El tema de la privacidad fue especialmente recurrente durante los responsos por las víctimas de la matanza de Tucson, el pasado 8 de enero, en la que murieron seis personas y resultó gravemente herida la congresista Gabrielle Giffords. Algunas familias retransmitieron el funeral para evitar las concentraciones de curiosos.
Convertir el acto funerario en un evento web es más barato de lo que pueda suponerse. Funeral One Internet Services, una empresa con sede en Saint Clair, Michigan, cerca de Chicago, cobra 40 dólares (unos 30 euros) por la retransmisión en directo del servicio funerario, sin contar el entierro, y 195 dólares (unos 142 euros) más por mantener la grabación en la web durante un mes. La oferta no especifica ni cuantas cámaras se utilizan ni qué plano, pero sí que se puede grabar un DVD a posteriori y que es la compañía la que se encarga de avisar a los invitados al evento. Solo hay que proporcionar los correos electrónicos.
Los servicios de Funeral One también comprenden la posibilidad de crear páginas web dedicadas al difunto en la que recoger los mensajes de condolencia y apoyo; o un vídeo que glose su figura (que puede hacer la propia familia en el ordenador de casa); o la creación de recordatorios con fotos del difunto, y de imprimirlos en casa, o incluso la gestión de la reputación del difunto en las redes sociales.
Y por si esto fuera poco, hay técnicos que atienden las dudas por teléfono, o un servicio de resolución de trámites o incluso apoyo psicológico (incluso de grupo) por internet o en persona.
Otra empresa, Event by Wire, se presenta como la líder del sector e insiste en que su servicio de retransmisión de funerales --que ofrece conjuntamente con el de bodas-- puede incluir los actos en el exterior y ofrece más calidad de imagen que sus competidores. Sin embargo, el catálogo de servicios es más reducido.
Este tipo de negocios se prevén tan exitosos que ya ha aparecido incluso una entidad que pretende agrupar a estas compañías y copar el mercado a nivel patronal. Es Funeral Streaming Network y trabaja con cementerios de todo el mundo. Estos no lo retransmiten a casa, sino que reúnen a amigos y parientes que residan en otra localidad en el oratorio de aquella población y les conectan con el lugar donde se celebra el responso. Una variante para sentirse más acompañados, aseguran. ELPERIODICO.COM.
No es del todo nuevo, otros ya lo hacían en Brasil.
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