La Policía de Santo Domingo ha detenido esta mañana al cantautor y productor musical Juan Luis Guerra por tráfico de bilirrubina. Según han confirmado las autoridades policiales, Guerra estaba siendo investigado desde hacía tiempo pero el chivatazo de una persona cercana a su entorno ha sido lo que ha permitido reunir pruebas suficientes para formalizar la acusación. “Era muy triste ver a esos jóvenes latinoamericanos chutándose bilirrubina y andar por los parques, como perdidos, haciendo siluetas de amor bajo la luna”, declara desde el anonimato un testigo que intentó apartar al artista de las actividades delictivas: “Él sabía que lo que hacía no era de buen cristiano pero cada vez que se lo decía se limitaba a contestarme ‘Mira, negra, búscate un catéter’ y luego se inyectaba ese suero de colores”. El acusado no ha querido hacer declaraciones pero sus abogados aseguran que se encuentra tan afectado por la situación “que no atrapa su cordura”.
La adicción de Juan Luis Guerra a la bilirrubina era un secreto a voces entre sus compañeros de profesión: “Le dio una fiebre y no se la quitaba la aspirina. Como la ciencia no le funcionaba se abandonó a la vitamina de cariño”, explica Enrique Iglesias. Muchos temen que el asunto empañe su exitosa trayectoria musical. “Todo esto le ha partido en dos el occidente”, se lamenta Iglesias, quien le manda “señales de humo como un fiel apache”.
A los problemas del cantante con la bilirrubina se suman también las críticas de la organización ecologista Greenpeace, que le acusa de promover “un amor que contamina”. Guerra siempre ha insistido en que su compromiso con el medio ambiente es inquebrantable e intentó incluso apartar las sospechas sembrando una llanura de batata y fresas. - EL MUNDOTODAY.COM
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