AL EXPRESIDENTE CLINTON LE PREOCUPAN LOS SEMÁFOROS DE RÍO DE JANEIRO


La Fundación W. J. Clinton, presidida por el exmandatario estadounidense Bill Clinton, se preocupa de los semáforos de Río de Janeiro, según confesó el mismo 42º presidente en su alocución ante los participantes del II Foro Mundial de Sostenibilidad. Precisó que este organismo colabora en la sustitución de 84.000 bombillas en los semáforos de la ciudad y en todo el Estado por otras que durarían diez veces más y contaminarían menos el medio ambiente.

El foro se realizó del 24 al 26 de marzo en Manaos, capital del Estado de Amazonas, en Brasil. El exmandatario fue al evento el día de su clausura para exponer sus estimaciones acerca del extraordinario papel de Brasil en el futuro desarrollo de la energía ecológicamente limpia y segura. Invitó al Gobierno brasileño a asumir el liderazgo en la programación del desarrollo sostenible del planeta y en la generación de energía limpia.

"Ustedes no pueden crear solos un futuro sostenible para Brasil, sino que tendrán que convencer a los otros principales emisores de gases de efecto invernadero, incluyendo a Estados Unidos y China, sus dos socios comerciales más grandes, para que caminen con ustedes en este sentido", exhortó Clinton. A continuación instó a los políticos de Brasil a que no bloqueen las conversaciones sobre la prolongación del protocolo de Kioto que está vinculada con el derecho al intercambio proporcional y la venta de las cuotas de gases contaminantes, como lo hicieron en la cumbre de finales del año 2009 en la capital danesa.

El expresidente estadounidense alabó al Gobierno de Brasil por la capacidad de contener en un 75% la deforestación del Amazonas, como anunció en la reunión de Cancún a finales de 2010, ya que este proceso destructivo transformaría al país en uno de los principales contribuidores del calentamiento global.

Clinton afirmó que Brasil podría incrementar el éxito del que ha gozado, siempre y cuando "logre solucionar algunos problemas difíciles de tal modo que la gente en Brasil lo acepte y romper la barrera que nos impedía conseguir un acuerdo en Copenhague". Con esas palabras se refería a la desproporción de cuotas denunciada por los brasileños que impide al país sudamericano más grande incrementar su potencialidad industrial (algo que responde a la tendencia económica actual), mientras que varios países europeos pueden permitirse, en los marcos del protocolo, no emprender ningún esfuerzo hacia la reducción de la emisión de gases siempre que vivan cierta caída o estancación económica. RT.COM

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