La progesterona liberada por la cubierta del óvulo actúa como señuelo para el esperma. El hecho es muy conocido, pero su mecanismo era, hasta ahora, un misterio. El problema radica en que el modo de acción de la progesterona y otras hormonas esteroideas es incompatible con un posible efecto en el espermatozoide.
Estas hormonas se cuelan en la célula, se agarran al ADN del núcleo y regulan la expresión génica, es decir, cómo las instrucciones escritas en los cromosomas dirigen el funcionamiento de la célula. Y resulta que en el espermatozoide, un misil celular cuya única misión es clavarse en el óvulo y lanzar su cabeza, ese manual está lacrado; su ADN permanece en silencio porque sólo está ahí para dejarlo como herencia al futuro embrión.
La respuesta a este enigma la dan hoy dos estudios en Nature firmados por investigadores de Alemania y EEUU, respectivamente. Ambos equipos han descubierto que la progesterona opera rompiendo las reglas de conducta de las hormonas esteroideas. En lugar de entrar en el núcleo celular, se queda en la superficie, donde llama a unas puertas de proteína presentes en la cola del espermatozoide. Al abrirse estas puertas, conocidas como CatSper, dejan entrar el calcio que propulsa la cola del esperma en su viaje hacia el óvulo. PUBLICO.ES
1 Comentarios
Está muy buena la imajen.
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