Los italianos consideran que es importante situar a la tradicional pizza napolitana en el 'altar' de los iconos culturales y por ello piden a la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura (UNESCO) que reconozca este plato típico italiano como patrimonio mundial cultural.
Según una encuesta, la mayoría de la población desearía ver a este plato nacional entre los valores culturales, que incluyen una amplia variedad de tradiciones, rituales, ceremonias, fiestas y artesanías.
Italia elaboró una lista de candidatos para la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO en la que, además de la famosísima pizza, aparecen, por ejemplo, la carrera de caballos en Siena, la fabricación de violonchelos en Cremona, el desfile de carnaval de Viareggio y los antiguos festivales en las ciudades de Nola y Viterbo.
Las primeras menciones sobre la pizza napolitana, de masa tierna y delgada pero bordes altos, datan de la década entre 1715 y 1725. En la ciudad de Nápoles la gente tenía la costumbre de usar el tomate como guarnición para la pizza y los macarrones. Las primeras pizzerías aparecieron en Nápoles durante el siglo XIX y hasta mediados del siglo XX fueron un fenómeno exclusivo de esa ciudad. Desde entonces se han extendido por todo el mundo, siempre usando la denominación “pizza napolitana”. RT.COM
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