Artemio y Álvaro López Tardón, antiguos miembros de la banda de matones «Los Miami», han pasado de simples «puertas» de discoteca y extorsionadores a sueldo a convertirse en los financieros de los narcotraficantes más cualificados.
La Policía Nacional los ha detenido junto a otras 19 personas y ha intervenido la mayor cantidad de dinero requisada nunca en Europa procedente de la droga: 25 millones de euros que Artemio ocultaba en dos zulos de madera y cemento en su chalé-fortín de La Moraleja. Uno a los pies de la cama y otro debajo del ascensor.
El dinero en billetes de 50, 100 y 200 euros estaba envasado al vacío. Para gastos corrientes tenía 400.000 euros en su habitación con un jacuzzi gigantesco.
Los agentes han intervenido 60 coches de lujo, entre ellos un Ford Cobra negro de coleccionismo valorado en dos millones de euros y en perfecto estado de revista. Lamborgini, Ferrari, Aston Martín, Porsche y Mercedes completaban la fastuosa colección.
Los hermanos López Tardón tenían además 25 pisos y chalés en España y Estados Unidos que superan los 75 millones de euros. Un patrimonio amasado en una década al calor de las drogas, las extorsiones, una ristra de muertos que nunca se han podido probar y unas operaciones financieras redondas.
Una de sus socias de honor era Ana Cameno, la «narcopija» detenida en enero que tenía preparadas 33 toneladas de productos químicos en un «laboratorio» de Madrid a la espera de que llegara la pasta base colombiana.
El cerebro de este emporio es Álvaro López Tardón, antiguo novio de la explosiva Malena Gracia, que se separó del jefe de «Los Miami» Juan Carlos Peña Enano en el año 2003 iniciando una guerra entre bandas que se saldó con muertos y atentados. Incluso Ana Obregón hablaba de ellos en unas escuchas, como los chicos que podían darle una paliza, un escarmiento a quienes la molestaran.
Álvaro, detenido la semana pasada en Miami donde vivía, encaminó su actividad criminal hacia el blanqueo de dinero del narcotráfico. Dirigía, tal y como ha constatado la Comisaría General de Policía Judicial y el FBI, operaciones para traer cocaína a España y actuaba como intermediario entre los carteles colombianos y los distribuidores españoles. Se había convertido en el «broker» o banquero de los señores de la droga.
Mediante un sistema de importación y exportación de coches de lujo, de compra-venta de propiedades y de sociedades mercantiles lavaba millones de euros para los narcos y para su propia organización.
Tipo duro donde los haya, se le acusa de provocar el accidente de moto en el que su antiguo jefe Peña Enano perdió una pierna. Las «vendettas» al más puro estilo mafioso entre los antiguos socios y amigos se han cobrado estos años la vida del abogado Rafael Cobeño, asesinado en su coche, de F. J. Acero, también asesinado a tiros en un vehículo, de Iván Llorente y de Francisco Javier Manzanares.
Artemio López Tardón, el encargado de guardar el dinero de la cocaína, fue secuestrado y torturado. Ha perdido la visión en un ojo como consecuencia de esas torturas, pero no le impedía seguir mandando y controlando el negocio en Madrid. La muestra, que durmiera con 25 millones de euros a los pies de la cama. ABC.ES
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