A todos nos suele gustar viajar. Conoces ciudades distintas, gente distinta y, por encima de todo, al volver a casa, puedes presumir de ello y hacerte el entendido en su cultura. El único pero, lo que realmente puede arruinar tus deseadas vacaciones, no es que te pierdan las maletas, o que te roben, o incluso que no haya redecilla para el pelo en la habitación del hotel. Lo claramente más desesperante, el verdadero infierno de los viajes, es desplegar inocentemente el plano de la ciudad para situarte, y cuando crees que sabes donde estas, volver a intentar plegar dicho plano, ese apéndice del maligno y ver que es irrealizable, que no hay modo.
Existen maestros de origami que han perdido la cordura en sus vacaciones intentando plegar el mapa un día de viento. Nadie tiene un plano en casa que se encuentre plegado tal y como lo compró originalmente. Esa situación insostenible provocó el origen de los navegadores GPS (Guiado Sin Plegar en inglés).
Es por ello, que se han inventado los Crumpled City Maps. Unos planos, que ya vienen arrugados (han oído nuestras plegarias) y que te permitirán, tras ser consultados, que hagas una bola con ellos y los introduzcas donde y como quieras. Están impresos en un material de fibras de polietileno resistente al agua y a los manazas, lo que te permitirá utilizarlo en las condiciones más desfavorables, vamos un “planazo”.
De todas formas, con el uso, lo que está claro es que plano, lo que se dice plano, no estará.
Visto en Geekalerts/nopuedocreer.com
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