¿Estamos solos en el Universo? Esta pregunta ha fascinado a científicos y amantes de la ciencia ficción durante generaciones. En abril del año pasado, la respuesta a dicha cuestión quedó a años luz debido a la profunda crisis financiera mundial, que dejó sin recursos económicos al Instituto de Inteligencia Extraterrestre, (SETI, por sus siglas en inglés), ubicado en el norte de California, según informó la BBC. El centro científico, que cuenta con un telescopio de 42 grandes antenas (el Allen Telescope Array (ATA), construido gracias a una donación de 25 millones de dólares de Paul Allen, cofundador de Microsoft), puso en suspenso el futuro de sus instalaciones entonces, cuando las donaciones públicas tocaron a su fin.
Sin embargo, ahora, de la mano de nuevo de dinero público y de las aportaciones de millonarios en Silicon Valley, y gracias también a la tenacidad de los científicos del centro, el proyecto vive una segunda vida, informa The New York Times. El SETI no había recibido dinero de fondos federales para hallar vida extraterrestre desde 1993. En abril, cuando tuvo que echar el cierre, pidió dinero al ex astronauta Bill Anders, al autor de ciencia ficción Larry Niven e incluso a la actriz de Hollywood, Jodie Foster, entre otros, que aportaron sus fondos para que el proyecto continuara vivo. Los recursos facilitados dieron para unos meses de actividad nada más.
Durante años, el SETI ha tenido que lidar con presiones políticas y con las dificultades económicas. Con el objetivo de continuar con esta búsqueda alienígena, han decidido compartir sus telescopios con la Fuerza Aérea estadounidense, que los quiere utilizar para rastrear satélites y basura espacial. El acuerdo todavía no está cerrado pero se estima que la aportación del ejército de EE.UU. será de 2,5 millones de dólares, en los que se cuenta el alquiler de los aparatos y los sueldos de los profesionales. La lucha por mantener el proyecto llevó a sus responsables a una campaña en su web para recaudar fondos. Lograron 220.000 dólares en apenas dos meses. Las aportaciones privadas, al parecer, se sumarán a las mencionadas para que el proyecto vuelva a emprender el vuelo.
Cuando el SETI se vio obligado a cerrar en abril, la organización estimo que necesitaban cinco millones de dólares extra para seguir su andadura, un dinero que con las nuevas donaciones parecen haber conseguido ahora. la nueva financiación les permitirá extender su trabajo previsiblemente hasta 2018. LAVANGUARDIA.ES
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