El portal de internet público del Reino Unido en su versión castellana (BBC Mundo) ha dado a conocer la gesta de Alison Whelan, una señora que, mientras robaba un ferry en aguas del sur de Inglaterra gritó: «Yo soy Jack Sparrow». Tras hacerse con el timón de la nave, el Dart Princess, en el río Dart a la altura de Devon, Whelan encendió el turbo desencadenando una persecución sin precedentes que duró más de una hora e involucró a una treintena de personas. Su afición por la piratería finalmente acabó como era previsible: detenida, juzgada por «hurto agravado de vehículos» y encarcelada durante 112 días.
En las pesquisas judiciales que realizaron a la criminal, de la localidad de Paignton, los investigadores británicos descubrieron que Whelan se hallaba bajo los efectos del alcohol y las drogas cuando robó el ferry. Más adelante se pudo determinar que la ladrona había consumido durante dos días belladona, una planta silvestre y venenosa que puede generar delirio, alucinaciones e incluso la muerte.
Todo empezó la noche del 10 de septiembre cuando Whelan y una acompañante buscaron refugio en el barco. Allí comenzaron a tomar e ingerir la planta citada, que pareció sentar tan mal a Whelan que llamaron a una ambulancia para que le asistiera. Cuando llegaron los sanitarios, la acusada perdió los estribos hasta creerse el famoso pirata de ficción Jack Sparrow, interpretado por Johnny Depp en las peliculas de «Piratas del Caribe».
Whelan había soltado las amarras del ferry y al tratar de huir golpeó el catamarán Force Majeure y otro barco llamado Tomcat, dañando esas dos propiedades y ocasionando pérdidas de hasta 1.800 dólares. La persecución implicó, entre personal de ambulancias, guardacostas y agentes de policía a más de 30 personas.
Cuando la policía británica consiguió detenerla, Whelan aseguró que desató los amarres de la embarcación porque se había tropezado. «Habría terminado en Saint tropez», dijo.
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