Después de más de tres años ingresado en un hospital, un hombre chino ha tenido que ser expulsado a la fuerza por las autoridades de país ya que se negaba a abandonarlo. El hombre, del que solo se sabe que se apellida Chen, ha pasado los últimos tres años y medio ingresado en un hospital de Pekín. Tras sufrir un grave accidente de coche, tuvo que permanecer ingresado un mes, aunque después fue dado de alta.
Sin embargo, poco tiempo después el hombre tuvo que volver a ser ingresado durante otros tres meses ya que sufría un fuerte dolor en las piernas que le impedía seguir su vida con normalidad. A pesar de que transcurrido ese tiempo los médicos volvieron a mandarle a casa, Chen insistió en que tenía mucho dolor y que le resultaba imposible incluso ponerse en pie (había sufrido una trombosis venosa profunda). Así que se negó a abandonar el hospital, perdiéndose incluso acontecimientos tan importantes como la boda de su hijo.
Chen ya no constaba como una de las personas ingresadas en este hospital de Pekín, así que con el paso de los meses fue acumulando facturas médicas que llegaron a alcanzar la cifra de 2 millones de yuanes (unos 285.700 euros). Sin embargo, según ha explicado el médico Zhang Jinying en el diario China Youth Daily, el paciente nunca ha llegado a abonar las facturas médicas, por lo que el hospital le ha llevado a los tribunales. La justicia ordenó que Chen debería abandonar el hospital en el que ha vivido los últimos años, pero cuando las autoridades llegaron al hospital se lo encontraron encadenado a la cama y tuvieron que sacarlo a la fuerza.
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