Ella quería ser artista y él dispuso de los fondos de una de las mayores iglesias evangélicas de Asia para convertir ese sueño en realidad. El asunto se ha convertido en un escándalo mayúsculo y se ha transformado en uno de los procesos más largos de la historia judicial de Singapur. Es el caso de los líderes de la evangélica Iglesia de la Ciudad de la Cosecha, que han sido declarados culpables de malversar 32 millones de euros para financiar la carrera musical de la mujer del predicador y fundador de esta congregación, Kong Hee.
El proceso de la Iglesia de la Ciudad de la Cosecha (City Harvest Church), que lleva cinco años abierto, se ha convertido en un culebrón que ha apasionado a los habitantes de Singapur por sus ingredientes, más propios de un guión de Hollywood que de un caso real. El relato de la tranformación de la mujer del predicador y cofundadora de la congregación, Sun Ho, en una cantante sexy, su estilo de vida ostentoso y las trampas para desviar 32 millones de euros han fascinado a la población de la ciudad Estado, donde estos casos son muy raros, debido a que la ley deja muy poco margen para la corrupción.
El caso, abierto en el 2010, ha quedado ahora visto para sentencia. El fundador en 1989 de esta iglesia evangélica, el carismático predicador Kong Hee, de 51 años, y cinco de sus colaboradores han sido declarados culpables de apropiarse de 15,36 millones de euros para financiar la carrera artística de Sun Ho. Y han sido inculpados, asimismo, de haber escamoteado 16,64 millones de euros más para borrar la huellas de su delito. En total, 32 millones de euros.
Según la Fiscalía, sacaban el dinero del presupuesto destinado para la construcción de iglesias y lo invertían en falsas obligaciones. Luego, falsificaban la contabilidad para hacer creer que recompraban los títulos.
En realidad, estos fondos eran utilizados desde el 2002 para promocionar a Sun Ho, que por aquel entonces cumplió 30 años y decidió que había llegado el momento de convertir su sueño en realidad: ser cantante.
Convenció para ello a su esposo, Kong Hee, y empezaron a usar los recursos de la congregación para su carrera profesional. Primero de forma modesta y después de manera ostentosa. A partir del 2007, esta iglesia evangélica empezó a lanzar campañas de marketing y producir onerosos videoclips, donde Sun Ho lucía una nueva imagen más sexy y ligera de ropa. Una imagen que muy poco tenía que ver con la de una predicadora evangelista.
Además, la cantante decidió partir a la conquista de América. En el 2009, se trasladó a vivir a Los Ángeles, donde alquiló una lujosa mansión de 20.000 euros mensuales y vivía de forma ostentosa. Su campaña fracasó debido a que la justicia de Singapur ya había empezado a investigar las cuentas de la Iglesia de la Ciudad de la Cosecha.
Sus dirigentes fueron detenidos en el 2012, acusados de abuso de confianza y falsificación contable, si bien ellos siempre se declararon inocentes. Consideraban que no habían hecho nada malo y que la decisión de impulsar la carrera musical de Sun Ho tenía un carácter misionero. Sostenían que su música debía de servir para atraer a fieles de todo el mundo a su congregación.
Con ello pretendían convertir a la Iglesia de la Ciudad de la Cosecha en la mayor organización evangélica de Asia, lo que estuvieron a punto de lograr. En el 2009 contaban con casi 24.000 seguidores. Una cifra que en el 2014 se había reducido a algo más de 17.000, debido al escándalo. Un número de fieles que la sitúan todavía como una de las principales del continente asiático.
Ahora, sin embargo, esta ambición y los caprichos de su mujer le van a pasar factura al predicador Kong y a sus colaboradores, entre los que se encuentran los contables de la Iglesia. Todos ellos pueden ser condenados a 20 años de cárcel por los delitos cometidos. No así Sun Ho, que no está encausada en este proceso y aún aspira al estrellato. LAVANGUARDIA.COM
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