El mundo de la gastronomía moderna evoluciona a una velocidad difícil de "digerir" para el común de los mortales. Conceptos complejos como esferificación o deconstrucción, que a mí personalmente aún me suenan a chino (shame on me) quedan relegados ante nuevas tendencias que, esta es la buena noticia, son más más fáciles de asumir por los inútiles gastronómicos que soñamos con triunfar en la cocina.
Parece que el planteamiento que se hace en el libro "À la cart", del británico Tom Lakeman, ha dado con el santo grial de los gourmets de garrafón: recetas de platos muy sorprendentes, fáciles de realizar y con un precio muy contenido. Que sean más o menos sabrosos es un tema menor, como sabe cualquier especialista en cocina avanzada.
La idea es sencilla. Se trata de realizar platos con los ingredientes que estén anotados en las listas de la compra abandonadas, que podemos encontrar en el suelo de cualquier supermercado. Estas listas se convierten así en la base de la receta que vamos a realizar. Solo se recomienda un poco de imaginación a la hora de combinar esos elementos.
Como podemos apreciar en las imágenes, el resultado es espectacular y digno de figurar en la carta de cualquier restaurantucho de los que presumen de poseer varias estrellas Michelin.
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