Mucha gente vive obsesionada con la idea de un futuro apocalíptico, y en respuesta a esos miedos y fantasías se creó Vivos, una compañía que construye lujosos bunkers para el “Día del Juicio Final”.
La empresa, propiedad del empresario Robert Vicino, afirma poseer una
red de refugios subterráneos en todo el mundo, pero su locación exacta
se mantiene cuidadosamente en secreto.
“Vivos es la única red de refugios en copropiedad del planeta”, según
el folleto de la empresa, “Aún quedan algunos lugares limitados para
aquellos que califiquen. Los miembros ya están abordando. No te quedes
del otro lado de la puerta.”
Vivos Indiana se describe como un refugio “estratégicamente localizado en medio oeste en EEUU”, y se supone que es “uno de los refugios más protegidos y a prueba de ataques nucleares” de la red. El complejo subterráneo puede albergar hasta 80 personas por al menos un año de supervivencia autónoma.
El búnker contará con las lujosas prestaciones de un hotel de lujo,
además de servicios básicos como salud, educación y entretenimiento. El
complejo dispondrá de una gama de piscinas, teatros, gimnasios,
restaurantes, salón de belleza, apartamentos personalizados, espacio al
aire libre y servicio de helicóptero.
Los ocupantes del lujoso refugio podrán vivir totalmente aislados del
mundo exterior, gracias a los sistemas autosuficientes de
abastecimiento de agua y energía, consistentes en una planta de
tratamiento de aguas con pozos de aguas profundas y tres generadores
diésel.
También cuenta con un área para cultivar vegetales, lugar de
almacenamiento, dispositivos de seguridad, y todo aquello necesario para
sobrevivir un desastre natural, nuclear, o una invasión zombie. Lo
único que los residentes deben llevar es ropa, y alguna medicación
específica que necesiten.
Las tarifas, desde ya, no son económicas. La plaza que garantiza la
salvación ante el fin del mundo en el complejo de Indiana cotiza unos
35.000 dólares, y 25.000 para los niños. Una vez adentro, los residentes
tendrán pagos mensuales (además de la adquisición de la plaza), y
abonarán, en función de los metros cuadrados que posean, además del pago
para la gestión operativa, dotación de personal (de qué sirve tener una
habitación de lujo si tienes que hacerte tú la cama), pago de
impuestos, seguros, mantenimiento y la repoblación, en caso de ser
necesaria. PERIODISMO.COM - 1.11.2015
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