DIA MUNDIAL DE LA TELEVISIÓN, ESTA ES SU HISTORIA


Hoy, 21 de noviembre, es el Día Mundial de la Televisión: te contamos su historia: Su inventor tenía 14 años cuando dio con la fórmula. Luego le robaron la idea. La reclamó y ganó, pero la Gran Depresión hizo que su momento se esfumase. Esta es la historia del inventor de la tele. El 21 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Televisión. Una fecha que fue proclamada en 1996 por la Asamblea General de la ONU con el objetivo de promover intercambios de programas centrados en la paz, la seguridad, el desarrollo económico y social y la cultura entre otras cuestiones.

Desde la llegada del primer televisor al mercado generalista en los años 50, la industria ha vivido varias revoluciones tecnológicas muy destacadas, como la introducción del color, o el paso de los televisores de tubo a las pantallas planas, que han seguido una evolución en los últimos años desde el plasma, al LCD y LED.

Un invento que tiene detrás una magnífica historia a la altura de la trascendencia que el aparato ha tenido después en la sociedad: fue inventado por un perfecto desconocido. «Un haz de electrones desviado magnéticamente para que operase línea por línea». Esa fue la solución a la que un niño granjero de Utah llegó mientras araba los campos familiares a bordo de una cosechadora. Se llamaba Philo Taylor Farnsworth, y acababa de resolver una fórmula que ya buscaban las grandes industrias de la electrónica: un híbrido entre el cine y la radiodifusión, es decir, como retransmitir imágenes en movimiento. Lo que conocemos como televisión.

Farnsworth era un niño despierto y autodidacta, nacido en 1906, en el seno de una familia humilde. Desde pequeño comenzó a interesarse por la electrónica. No hasta los 10 años, porque hasta entonces había vivido en una casa sin luz. Su familia se mudó a Rigby (Idaho). Allí, además de hablar por teléfono por vez primera, descubrió unas revistas científicas en el desván de la casa, que se convirtieron en su mejor aliado.

Las prácticas las hacía con electrodomésticos caseros, la teoría la devoraba en publicaciones como aquellas revistas. Sabía entonces que una serie de científicos (George Carey, W. E. Sawyer, Maurice Leblanc y Paul Nipkow) habían buscado soluciones para una suerte de mezcla entre la radio y el cine. También había llegado, pese a su corta edad, que las conclusiones a las que estos habían llegado (la televisión mecánica) no funcionarían.

Fue entonces, sobre una cosechadora cuando se le ocurrió la revolucionaria idea con que la historia comienza. Tenía 14 años.

La muerte de su padre hizo que, solo dos años después de haber sido admitido, con 15 años, en la universidad, tuviese que abandonar sus estudios. La idea de su adolescencia siguió en su mente mientras ayudaba a mantener a su familia. Años después, logró que -no sin reparos iniciales- un promotor financiase la materialización de su idea. El 7 de septiembre de 1927, el sistema transmitió su primera señal: una línea recta en movimiento.

El perfeccionamiento de su invento coincidió en tiempo con los primeros pasos de un desarrollo rudimentario de un científico ruso: Vladimir Zworykin. Pese a que en este diseño había problemas no resueltos, el presidente de RCA, David Sarnoff, financió su proyecto y registró la patente. Cuando el sistema de Farnsworth vio la luz, hubo de pleitear con Sarnoff por la patente.

Ganó. Pero cuando lo hizo su salud y estado mental habían sufrido las consecuencias del golpe, a lo que se sumó una precaria situación de la economía derivada de la guerra y de la Gran Depresión. La guerra se cruzó en su camino y, para cuando el mercado repuntó, la patente, de dominio público desde 1947, había terminado.

Se retiró de la industria y dedicó su reconocido prestigio a la energía atómica y nuevos proyectos relacionados con la electrónica. Cuando falleció, en 1971, tenía 300 patentes a su nombre, pero también graves problemas con el alcohol, frecuentes episodios de depresión y un anonimato absoluto. ABC.ES

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