EL MINISTRO DEL INTERIOR ESTÁ COMO UNA CHOTA, O UN CHOTO


El ministro del Interior dice tener un ángel de la guarda que le ayuda a aparcar y se llama Marcelo. El fervor religioso de Jorge Fernández Díaz es ya conocido. El ministro del Interior ha dedicado los últimos años a condecorar vírgenes, inaugurar cuarteles con obispos,  meditar en el Valle de los Caídos o asistir a la beatificación de mártires de la Guerra Civil, pero esta vez ha ido más allá. En una entrevista en La Vanguardia, Fernández Díaz cuenta algunos de los aspectos más personales de su práctica religiosa. El ministro, que reconoce ser de misa diaria y desvela su preferencia entre las vírgenes por la Inmaculada Concepción, explica que cuenta con la ayuda diaria de un ángel de la guarda. El responsable de las fuerzas de seguridad del Estado indica que, el ángel, al que llama Marcelo, le ayuda "en las pequeñas cosas, como aparcar. Y también en las grandes, siempre ayuda".

Preguntado por la posibilidad de tener un hijo homosexual, Fernández Díaz, uno de los impulsores del recurso del PP contra el matrimonio igualitario, responde que no es el caso, pero que "procuraría ejercer como padre". ¿Iría el ministro a la boda? "Pues me llevaría un disgusto", afirma, "pero estaría a su lado".

Además de hablar de Marcelo, Fernández Díaz explica su interés por la Teología de la Historia, "una disciplina que entiende a Dios como Señor de la Cronología y de la historia" y que resume de esta manera: "nada de lo que sucede es casual, ¡todo responde al plan de Dios!". A pesar de ello, el ministro del Interior dice ser evolucionista y no creacionista "porque creer en Dios, pese al misterio, no contradice la razón".

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