Disecar a las mascotas fallecidas puede tener su gracia, pero hay gente a la que le gusta ir un poquito más allá. Es el caso del holandés Bart Jansen, el dueño de un gato llamado Orville que falleció atropellado por un coche. Bart pensó en hacer algo especial con el cadáver de su amigo y decició convertirlo en un dron totalmente operativo.
Parece que tenía algo de idea sobre taxidermia pero le faltaba ayuda en la parte técnica. La obtuvo del ingeniero Arjen Beltman y el resultado no puede ser más espectacular. El gato Orville es ahora la envidia de todo aquel que lo ve alzando el vuelo majestuosamente, pero las maravillas no acaban aqui...
El éxito de la iniciativa les ha llevado a realizar otras operaciones similares, con un avestruz (más espectacular si cabe) y otros animalillos como ratas, una cría de tiburón, un tejón, un ganso... las posibilidades son infinitas.
¿Estamos ante el resurgir del clásico arte de la taxidermia, unido a la tecnología más moderna? Todo parece indicar que sí.
De hecho Bart y Arjen ya anuncian que están "a disposición de cualquiera que tenga un animal muerto, lo haremos volar".
Visto en Microsiervos - nopuedocreer.com
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