El próximo miércoles 28 de diciembre se cumple un año de la muerte de Ian Fraser Kilmister, quien pasó a la historia como Lemmy Kilmister, cantante, bajista y fundador en 1975 de la banda Motörhead. Para rendir homenaje al creador de 'Ace of Spades', un vecino de Barcelona organiza ese día a partir de las siete de la tarde una procesión inspirada en los desfiles religiosos.
Sergio Pozo, de 36 años, es el ideólogo de este singular tributo, un proyecto bautizado como Lemmyssyou, un juego de palabras en inglés que viene a decir algo así como ‘Lemmy, te echamos de menos’. "Desde pequeño he asistido a muchísimas procesiones en los pueblos de mis padres, y siempre me ha llamado mucho la atención ese sentimiento, ese fervor de la gente, tan involucrada”, cuenta Pozo, quien solo siente una devoción similar por algunos músicos. "A los amigos les decía que algún día crearía la primera cofradía del rock”, añade.
En lugar de un Cristo o una virgen, Pozo y el resto de amigos cofrades cargarán con un busto de tamaño real con la imagen del mítico músico. "No quería hacer algo cutre y confié la creación de la figura a un amigo, Xavi Zamorano, que se dedica profesionalmente a los efectos especiales para cine”, subraya el organizador, quien se encargó personalmente de la producción de la base de madera con la inestimable ayuda de su padre.
El punto de partida será en el bar musical Rocksound, en el 116 de la calle de Almogàvers, sobre las siete de la tarde. Cuatro personas se encargarán de cargar a hombros con la estructura y el maniquí hasta la sala Bóveda del Poblenou, en Roc Boronat, 33. En esa sala, anteriormente conocida como Mephisto, acabará el homenaje con la participación de la banda tributo Motörhits. Las entradas anticipadas ya están a la venta al precio de 13 euros. "No tengo ningún ánimo de lucro. La mitad de la taquilla es para los músicos y con la otra mitad intentaré cubrir la sala. Si cubro, bien. Si no, pues habremos pasado un buen rato", puntualiza.
A LA SOMBRA DE BOWIE
La cofradía del rock rondaba la cabeza de Pozo desde hacía tiempo, y pensó hacer algo con Bon Scott o Jimmy Hendrix. Finalmente se decantó por el legendario líder de Motörhead para reivindicar sus cuarenta años de música y autenticidad, eclipsados en parte por la muerte de otra figura fundamental para entender el curso de la música moderna: David Bowie. "En enero de 2016 solo se hablaba de Bowie, e incluso se celebraron unos conciertos en su homenaje en la sala Razzmatazz –recuerda Pozo–, y pensé que tenía que hacer algo por Lemmy”.
Toda la parroquia del rock, en su sentido más amplio, sintió la muerte del indestructible líder de Motörhead, un tipo que conoció en persona a los Beatles en la Cavern de Liverpool, que cargó amplificadores para Jimi Hendrix y enseñó a tocar el bajo (o al menos lo intentó) a Sid Vicious. Su biografía es una mina de anécdotas, de batallitas y, sobre todo, de excesos.
Curiosamente Pozo, gran melómano y acérrimo defensor de la música en soporte físico, no en vano es uno de los máximos responsables del Record Store Day en España, no se considera el mayor fan de Lemmy. "No soy un friki de Motörhead. Apenas tengo tres compactos y otros tantos vinilos de ellos. Eso sí, los he visto en directo unas ocho o nueve veces. ¡Eran bestiales!”, explica el organizador. elperiodico.com
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