LOS MISTERIOSOS CÓDIGOS QUE CONDUCEN A UN TESORO DE 50 MILLONES


Nadie ha sido capaz de descifrar las tres claves que señalan la localización del botín de Thomas J. Beale. ¿Cómo puedes hacerte rico de la noche a la mañana? Quizá has soñado alguna vez con recibir una cuantiosa herencia de un pariente lejano, o con tener un espectacular golpe de suerte en la lotería. Sin embargo, todos sabemos que las posibilidades de que algo así ocurra son muy escasas. Existe otra opción aparentemente menos vinculada con el azar y la fortuna, que depende un poco más de la inteligencia y el empeño que uno esté dispuesto a demostrar. Se trata de encontrar el tesoro escondido de Thomas J. Beale.

El blog Mental Floss nos cuenta los detalles de un enigma que nadie ha conseguido resolver en casi dos siglos. La leyenda cuenta que, allá por 1820, el aventurero Thomas J. Beale ocultó un espectacular botín en algún recóndito lugar del Condado de Bedford (Virginia). Para no olvidar el punto exacto creó unos códigos cifrados, tres cadenas de números que encierran toda la información precisa para localizar las riquezas. Redactó las claves en tres papeles, los introdujo en una caja y pidió a un tal Robert Morris que la custodiase.
La caja permaneció largo tiempo cerrada y los papeles fueron cambiando de manos hasta que en la década de 1880 un hombre, James Ward, puso a la venta panfletos con los códigos. El tesoro de Thomas J. Beale se hizo popular y fueron muchos los que estudiaron concienzudamente las cifras, tratando de encontrar su sentido. El esfuerzo de cientos sólo sirvió para resolver una de las tres claves, que describe el contenido del tesoro. Las otras dos, aún sin solucionar, especifican los nombres de sus propietarios y, lo más importante, dónde están el oro, la plata y las joyas.

El único de los textos descifrados cuenta que «en el interior de una bóveda y a seis pies bajo tierra» se ocultan varios conjuntos de riquezas. «El primer depósito contiene 1.014 libras de oro y 3.812 libras de plata, depositadas en noviembre de 1819. El segundo es de diciembre de 1821 y consta de 1.907 libras de oro y 1.288 de plata, además de joyas obtenidas en St. Louis por valor de 13 mil dólares. Todo empaquetado de manera segura con una cubierta de hierro», cuenta Beale en su código.
El misterio ha llegado hasta nuestros días entre intensos debates. Muchos dudan de la autenticidad de los papeles de Beale y creen que todo ha sido una gran broma ideada por James Ward, otros piensan que el autor de las claves podría ser el mismísimo Edgar Allan Poe. - abc.es

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