“La catedral está viva porque celebramos aún la eucaristía”, ha dicho el arzobispo de París, Michel Aupetit, durante la misa restringida que ha tenido lugar esta tarde en Notre Dame, exactamente dos meses después del devastador incendio que destruyó el tejado, la aguja y parte de la bóveda. La primera misa se ha hecho coincidir con el aniversario de la consagración del templo como lugar de culto.
La treintena de participantes en la misa se dirigieron puntualmente, a las 6 de la tarde a una de las capillas del fondo del templo. Estaban presentes el rector de la catedral, Patrick Chauvet, los canónicos, personal que participa en las obras, voluntarios y algunas personas “frágiles” y víctimas de exclusión social (varios sintecho, prostitutas y otros), especialmente invitadas como gesto de misericordia. -Misericordia no tiene nada que ver con la miseria moral de los hipócritas oficiantes-.
Obsérvese que al disfraz habitual de los oficiantes le han añadido un casco blanco de diseño para la ocasión. por si caía algún objeto del techo o de lo que queda de él en sus regias cabezas. Buena precaución, aunque depende del tamaño que les pudiera caer de poco serviria el casco que ademàs no lo llevan atado como es o seria preceptivo. Pocas ganas de reunirse con su señor en el paraíso deben tener si toman estas precauciones.
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