El vehículo necesitó 35 minutos para cubrir por el aire los 80 kilómetros que separan los aeropuertos de Nitra y Bratislava, en una prueba que se desarrolló este lunes. Al aterrizar en la capital eslovaca, con un simple toque de botón el aparato se transformó en un auto deportivo en menos de tres minutos, escondiendo las alas y la cola 'spoiler'. Desde el aeropuerto el auto fue conducido por el inventor Stefan Klein hasta el centro de la ciudad, donde fue recibido con aplausos. Este fue el 142.º aterrizaje exitoso del prototipo, desarrollado para "crear una nueva categoría de transporte y devolver al individuo la libertad originalmente atribuida a los coches", según comentó Klein. Este modelo, que recuerda a los coches de James Bond, consta de dos asientos, pesa 1.100 kilos y puede llevar una carga adicional de 200 kilos por vuelo, según la compañía. Asimismo, es capaz de alcanzar en el aire los 200 kilómetros por hora y elevarse hasta 2,5 kilómetros de altura.
Dotado de un motor de gasolina de BMW de 1,6 litros, el AirCar tiene una autonomía de vuelo estimada de 1.000 kilómetros y consume 18 litros por hora. Según KleinVision, el desarrollo del prototipo tomó cerca de dos años y costó algo menos de 2 millones de euros (2,37 millones de dólares).
Para la compañía, ocupar siquiera una pequeña porción del mercado de avionetas y taxis aéreos sería un éxito. "Solo en EE.UU. hay unos 40.000 pedidos de aeronaves. Si el 5% cambian el avión por el auto volador tendremos un mercado enorme", comentó Anton Rajac, asesor e inversor de KleinVision, citado por BBC.
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